La literatura peruana se viste de luto tras la partida de uno de sus máximos exponentes, Carlos Germán Belli, quien falleció este sábado a los 97 años, dejando un vacío imposible de llenar en la cultura nacional. Conocido por su prolífica obra y su inconfundible estilo, Belli fue un poeta, traductor y periodista que marcó un hito en la generación del 50, compartiendo escenario con figuras emblemáticas como Julio Ramón Ribeyro, Blanca Varela y Sebastián Salazar Bondy.
El Ministerio de Cultura confirmó la triste noticia a través de sus redes sociales, resaltando la importancia de Belli en el panorama literario del país. A lo largo de su extensa carrera, el poeta no solo se destacó por su capacidad creativa, sino también por la profundidad y originalidad de su obra, que le valió numerosos reconocimientos, tanto a nivel nacional como internacional.
Entre los galardones más significativos de su trayectoria, Belli recibió en 1962 el Premio Nacional de Poesía, un primer paso en una serie de distinciones que consolidaron su prestigio. En 2006, fue honrado con el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda, y tres años después, obtuvo el Premio Casa de las Américas de Poesía José Lezama Lima por su obra El alternado paso de los hados, una de las más representativas de su producción literaria. Su legado fue nuevamente celebrado en 2016 cuando se le otorgó la Medalla al Mérito Ciudadano por la Presidencia del Consejo de Ministros del Perú, junto con el Premio Nacional de Cultura.
La Casa de la Literatura Peruana recordó, en un sentido homenaje, el impacto duradero de Belli en las letras peruanas, destacando su “asidua construcción de versos cargados de un imaginario tan particular, donde confluyen la representación del mundo familiar y las imágenes tan sugerentes como el ‘hada cibernética'”. Esta singularidad en su poética, combinada con su inventiva lingüística, como en la creación del término “pesapalabras”, cimentó su reputación como uno de los autores más innovadores de su generación.