España doblegó a Inglaterra con un gol al minuto 86 en una final de infarto que tuvo lugar en el Estadio Olímpico de Berlín. La Roja inició el partido teniendo control del juego ante una Inglaterra que tuvo poco movimiento y situaciones claras. Sin embargo, no pudo concretar el gol en los primeros 45 minutos debido a la sólida defensa del cuadro inglés.
La segunda mitad tomaría un rumbo diferente durante los primeros minutos, cuando a los 47′ Lamine Yamal, una de las figuras más destacadas de la selección española durante este torneo, hizo un magistral amague desde el sector derecho, para luego enganchar hacia adentro mientras evadió a sus marcadores, dejando el balón para Nico Williams, quien definió cruzado de zurda dentro del área.
Los minutos siguientes se caracterizaron por el juego frenético del cuadro español, el cual generó otras cuantas ocasiones a manos de Fabián, Dani Olmo y Morata, sin encontrar el gol.
De pronto, unas cuantas genialidades de Jude Bellingham le subieron el ánimo a la selección inglesa, la cual se reinventó y tuvo mayor vocación ofensiva. Fue así que en una jugada de contraataque, Bellingham cede con lo justo el balón al recién ingresado Cole Palmer, quien no perdonó y penetró la portería de Unai Simón con un enérgico zurdazo a los 73′.
Con el empate, Inglaterra pasó a dominar la posesión. Pero la ilusión se les acabaría casi al final de la segunda mitad, cuando a los 86′ Mikel Oyarzabal, ingresado en reemplazo de Álvaro Morata, aparece dentro del área y manda al fondo de la red un centro raso del lateral izquierdo Marc Cucurella.
Los intentos del cuadro inglés en los minutos finales intimidaron pero no fueron suficiente, dejando así sentenciado el encuentro.
Con este resultado, La Roja consigue su cuarta Eurocopa y la selección inglesa se convierte en la primera selección en la historia del campeonato en llegar a dos finales consecutivas y perderlas.