El primer paso para hacer frente a un caso de bullying, conocido también como acoso escolar, es denunciar los hechos ante las autoridades del centro educativo, explicó la especialista Lissi Trujillo, defensora pública del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos (MINJUSDH).
Asimismo, refirió que quienes sufren o conocen de un caso de bullying, lo primero que deben hacer es poner en conocimiento del hecho a las autoridades del centro educativo, por iniciativa de sus padres o del propio afectado, a través del libro de incidencias, donde se registra la situación de violencia, consignando la fecha, lugar y las circunstancias.
El director del colegio deberá hacer el seguimiento constante del caso, con el Comité de Tutoría y Orientación Educativa, y registrar los hechos ante la plataforma SíseVe del Ministerio de Educación. Luego se sigue un protocolo para que cada caso llegue a su fin y se cierre.
La defensora comentó, además, que el bullying es considerado delito si producto del acoso se producen lesiones físicas o una afectación psicológica, aunque, por tratarse de menores de edad, estos hechos podrían tipificarse como infracciones. Sin embargo, el agresor puede ser procesado judicialmente en función de la magnitud de los daños, sobre todo si hubiera lesiones graves.
Explicó también que el Minedu ha decidido optar por una política reeducativa, para que ni el agresor ni el agredido dejen de recibir el servicio de educación, que es un derecho constitucional, por lo que, en lugar de la expulsión, ante hechos que no representan lesiones graves físicas o psicológicas, se procede con la suspensión temporal o el cambio de aula.
La especialista participó en el Consultorio Legal del MINUSDH, que se transmite los jueves a través de las redes sociales del sector, donde manifestó que la Defensa Pública realiza campañas permanentes para dar información y prevenir el bullying en los colegios y, de ser necesario, asume el patrocinio legal del afectado.
Como se sabe el bullying es una forma de violencia que se caracteriza por el hostigamiento constante a un menor de edad, por parte de un compañero de aula o de un miembro de la institución educativa. Este tipo de violencia es intencional y se puede ejercer de manera psicológica o física.