MADRID, 2 May. (EUROPA PRESS) –
El Equipo Olímpico de Refugiados del Comité Olímpico Internacional (COI) estará formado por un total de 36 atletas de 11 países distintos y con presencia en 12 de los deportes que se disputarán este verano en los Juegos Olímpicos de París 2024.
El presidente del COI, Thomas Bach, anunció este jueves en una ceremonia desde la Casa Olímpica de Lausana (Suiza) el Equipo Olímpico de Refugiados del COI que participará en París 2024, por tercera vez en unos Juegos Olímpicos y en representación de los más de 100 millones de desplazados de todo el mundo.
“Os recibimos a todos con los brazos abiertos. Sois un enriquecimiento para nuestra Comunidad Olímpica y para nuestras sociedades. Con vuestra participación en los Juegos Olímpicos demostraréis el potencial humano de resiliencia y excelencia. Esto enviará un mensaje de esperanza a los más de 100 millones de personas desplazadas en todo el mundo”, expresó Bach.
“Al mismo tiempo, haréis que miles de millones de personas de todo el mundo sean conscientes de la magnitud de la crisis de los refugiados. Por lo tanto, animo a todos, en todo el mundo, a que se unan a nosotros para animaros: el Equipo Olímpico de Refugiados del COI”, añadió el presidente del COI, dirigiéndose a un Equipo Olímpico de Refugiados que se sumó, por videollamada, al acto.
La composición del equipo fue aprobada por la Comisión Ejecutiva del COI y se basó en una serie de criterios que incluyen, en primer lugar, el rendimiento deportivo de cada atleta y su condición de refugiado verificada por ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados.
La jefa de misión del Equipo Olímpico de Refugiados, la ciclista afgana Masomah Ali Zada, que ya compitió con el Equipo Olímpico de Refugiados en Tokyo 2020, estuvo presente en ceremonia y dio la bienvenida al resto de los 36 atletas que competirán en París. “Todos vosotros teníais un sueño, y hoy vuestro sueño de competir en los Juegos Olímpicos está más cerca que nunca. Con todos los retos a los que os habéis enfrentado, ahora tenéis la oportunidad de inspirar a una nueva generación”, expresó.
La gran mayoría de los atletas fueron seleccionados entre los atletas refugiados que reciben apoyo del COI a través del Programa de Becas para Atletas Refugiados, financiado por el programa de Solidaridad Olímpica del COI y gestionado por la Olympic Refuge Foundation.
Por primera vez, el Equipo Olímpico de Refugiados competirá con su propio emblema, un símbolo unificador que reunirá a diversos atletas y dará al equipo su propia identidad. “Procedentes de diferentes rincones del mundo, cada miembro del equipo es un individuo con su propia historia”, reconoció el COI.
En el centro del emblema hay un corazón, que procede del logotipo de la Olympic Refuge Foundation, para representar la pertenencia que el equipo espera inspirar y que atletas y personas desplazadas de todo el mundo han encontrado a través del deporte.
“Este emblema nos une a todos. Todos estamos unidos por nuestra experiencia: aunque todos somos diferentes, todos hemos recorrido un camino para llegar a donde estamos. Los atletas no representan a un país concreto, sino al Equipo Olímpico de Refugiados. Tener nuestro propio emblema crea un sentimiento de pertenencia y nos da el poder de representar también a la población de más de 100 millones de personas que comparten esta misma experiencia. Estoy impaciente por llevarlo con orgullo”, manifestó Ali Zada.
Apoyar a los refugiados y a las poblaciones desplazadas sigue siendo una prioridad clave para el COI, y forma parte de la Recomendación 11 de la Agenda Olímpica. La Fundación Refugio Olímpico (ORF) se creó en 2017 para aprovechar este compromiso y funciona como un Comité Olímpico Nacional tradicional, gestionando a los deportistas refugiados becados y al Equipo Olímpico de Refugiados del COI para París 2024.
Desde su creación en 2017, el trabajo de la ORF ha dado como resultado que casi 400.000 jóvenes hayan podido acceder a un deporte seguro. Más de 1600 entrenadores han recibido formación para impartir sesiones de deporte seguro, y sus programas han ayudado a jóvenes de 11 países de los cinco continentes.