Por primera vez en sus 75 años de historia, Israel recibe la noticia de que la agencia crediticia Moody’s ha rebajado su rating crediticio de A1 a A2, con perspectiva «negativa». Esta decisión se fundamenta en la inestabilidad generada por los cuatro meses de enfrentamientos en la guerra contra Hamás. Además, existe la preocupación por una posible expansión a mayor escala en el norte contra las milicias de Hezbolá en el Líbano
La perspectiva negativa debilita la economía israelí y el gobierno. El primer ministro, Benjamin Netanyahu, rápidamente ha respondido alegando que la economía, dirigida por el ministro de Finanzas Bezalel Smotrich, no guarda relación con esta evaluación. Netanyahu argumenta que la rebaja se debe a la situación de guerra actual y promete que, una vez concluido el conflicto, la calificación se recuperará.
La guerra ya impacta la economía de Israel, con la disminución del turismo y el cierre de negocios afectados por los ataques del pasado 7 de octubre.
El ministro Smotrich califica la rebaja del rating como una decisión «política sin fundamentos» y sostiene que la economía israelí está más fuerte y sólida que nunca, a pesar del conflicto con Hamas.
La primera rebaja de la calificación crediticia de Israel preocupa a los inversores, temiendo que el Gobierno se vea afectado por un endeudamiento casi sin precedentes para financiar la guerra.