Las Olimpiadas de 1968, la Guerra Fría, la caída del Muro de Berlín y más. Octavio Paz, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa y otros.
El caricaturista peruano Oswaldo Sagástegui (Huánco 1936) se filtró en la historia y desarrolló amistades de todo calibre para trazar su universo, el mismo que ahora es expuesto en la Sala Kuelap del Ministerio de Cultura, de martes a domingo hasta las 6 de la tarde.
Toma la palabra el curador de la muestra, Igor Bernaola.
–¿Qué significa para el colectivo presentar un trabajo de casi 30 años de un caricaturista como Sagástegui?
Es un gran impulso, la idea del colectivo es mostrar y divulgar el arte peruano que ha sido olvidado o que no fue reconocido a lo largo de la historia. No pensamos solo en artistas plásticos, sino en todo tipo de artistas.
–¿Hay alguna anécdota interesante o desafío que hayan enfrentado durante el proceso?
Anécdotas varias, pero no todas se pueden contar (risas), pero creo que lo más divertido fue cuando, todos los involucrados en el proyecto, tuvimos una discusión encarnizada para decidir cuál sería la caricatura principal para el afiche y la invitación. Terminamos optando por el Papá Juan Pablo II porque nos pareció el más universal y que reflejaba mejor una característica muy importante en el trabajo de Sagástegui: el grado exacto de humor, que no llega a lo ridículo, ni es tan opaco para no sentirse.
–¿Cómo sitúan esta obra en el panorama artístico y cultural peruano?
No hay muchas exposiciones de caricaturas hoy por hoy, siendo una de las expresiones artísticas más aceptadas de todas. Es muy difícil que a alguien no les gusten las buenas caricaturas.
–¿Cómo creen que las obras han influido a lo largo de los años?
Bueno, Oswaldo Sagástegui, trabajó gran parte de su carrera fuera, incluso cuando estuvo haciéndolo en el Perú pasó bastante desapercibido.
Como le pasa a muchos artistas peruanos que les va mejor fuera que dentro. Muchos no lo saben, pero en uno de los programas donde Humberto Martínez Morosini entrevistaba a diversas personas del medio nacional, Sagástegui era el encargado de realizar una caricatura en tiempo real durante la entrevista y esto se le entregaba al invitado al terminar. Por otro lado, si hablamos fuera del Perú, creo que el maestro logró mostrar las noticias de su tiempo que si generaron gran influencia, es más en el en el libro Sammlung Karicaturen & Cartoons se le considera uno de los caricaturistas más influyentes del siglo XX.
–¿Cuál es la perspectiva curatorial que han adoptado para destacar la diversidad y evolución en la obra de Sagástegui a lo largo de los años?
La evolución de Sagástegui es realmente interesante, porque no es que él aprendiera a dibujar mejor con los años, sino que su capacidad de análisis se agudizó. Se volvió mucho más perceptivo a los detalles que podían contextualizar a un personaje, es por eso que hay varios que aparecen más de una vez y no son exactamente iguales, sino que dependiendo de la noticia en la que iba a salir resalta tal o cual detalle. Grandes ejemplos son Bill Clinton, Fidel Castro, García Márquez y el mismo Juan Pablo II.