El Grupo PRACDA ingresa en el mercado peruano con una propuesta innovadora. Se presenta como una “Desarrolladora de Negocios” que brinda a sus inversionistas la seguridad del capital invertido, una rentabilidad por encima del mercado y la diversificación a través de sus líneas de negocio. Su propósito es claro: desarrollar economía creando Flujo de Efectivo y Patrimonio para sus Asociados.
Un excelente ejemplo para entender su filosofía es el Proyecto ASIA 101, un Club Privado y Hotel en el sur de Lima. En esta propuesta el inversionista adquiere uno o más “tickets de inversión” con valor de US$ 7 mil, de un total de mil tickets disponibles. A la fecha se han colocado más de la mitad entre alrededor de 120 inversionistas, quedando aun, la oportunidad de participar en la recta final. El inversionista recibe 3 beneficios diferentes e independientes uno del otro. Desde un bono que iguala y hasta supera el capital invertido, una renta perpetua y heredable, producto del reparto de utilidades que genere el proyecto, y una membresía vitalicia de usuario del Club.
Todos los negocios concentrados dentro del club serán concesionados y los inversionistas serán “rentistas” de un porcentaje de lo que generen esos negocios concentrados, esta renta tiene como característica el término “renta de tipo retorno infinito”, como señala Jorge, quien estuvo relacionado por años a la educación financiera y finanzas personales, “el retorno infinito es cuando alguien, luego de recuperar su capital a través de un mecanismo particular, continúa recibiendo una renta, la cual al medirse contra un capital cero tiene un valor infinito por simple matemática. Esta fórmula es usada en algunos países, aunque en Perú no es nada común ya que rompe con la lógica de la relación entre una inversión convencional y su renta consecuente”.
Y ése es sólo el principio.
PRACDA nace a finales del 2021, de la sociedad de Carlos Prado Vigil y Jorge Coaquira Del-Arroyo, dos amigos, ambos emprendedores que tras los avatares propios de la pandemia y la superación de desafíos personales y familiares se encontraron, como ellos mismos lo definen, en “el momento correcto” para decidir emprender juntos luego de una amistad de más de 10 años. El nombre de la empresa es una combinación de las letras de sus apellidos, en memoria de su madre y padre (respectivamente), quienes partieron unos meses antes de reencontrarse, y en honor de los que aun los acompañan.
“Queríamos ir más allá, crear nuestra cuota de trascendencia”, resume Carlos, “si tú pones plata en un plazo fijo, generas renta, pero si la retiras, esta renta se elimina también. Lo que planteamos en PRACDA, como innovación, es encontrar líneas de negocio que permitan recuperar el capital y que luego sigan generando flujo de efectivo en favor de nuestros inversionistas”.
Los proyectos siguientes, que serán lanzados a lo largo del 2024, están relacionados con infraestructura como el tendido de fibra óptica, con el sector agricultura como la exportación de productos de presencia mundial, con el desarrollo de minería para comercialización de piedras preciosas desde concesiones en África al mercado global en Dubai. Como nos comenta Carlos, “en ninguna línea de negocio entraremos por moda”, él advierte que “siempre serán líneas donde uno de los dos tengamos experiencia, porque la experiencia es la principal mitigadora de riesgos, digan lo que digan”. Y para muestra un tremendo botón. En el caso de Asia 101, la inversión inicial de más de US$ 2.5 millones fue en el terreno, además de su posterior habilitación y saneamiento. Usualmente el terreno se paga al final y los conflictos con sus dueños originales están a la orden del día, con lo que la operación se puede caer y se carga de inseguridad todo el proyecto.
Para transmitir el complemento que existe entre ambos, si bien comparten la profesión de ingenieros, Carlos estuvo más ligado al mundo corporativo desde una posición de director, teniendo siempre en simultaneo diversos negocios y asesorando continuamente a emprendedores; hoy en su rol de columnista en temas de economía para un medio local de mucha prestancia y de conferencista en temas de desarrollo y gestión empresarial, es consultado para temas coyunturales; mientras que Jorge se califica más como un “autodidacta”; tras una corta experiencia laboral en el sector minero, en donde estuvo por formación más no por vocación, decidió emprender el camino independiente a través de educarse financieramente, tuvo experiencias en negocios no convencionales como el mercadeo en red, del cual era escéptico y hasta detractor en algún momento, pero como él mismo indica, la educación es la que te cambia la mentalidad, esa experiencia más su educación le enseñaron habilidades que le sirven hasta hoy para superar todos los retos que existen en cualquier camino de emprendimiento y negocios; luego comenzó a invertir en bienes raíces, en commodities como oro y plata, y se retiró financieramente consolidando sus inversiones en el mercado bursátil. Lo que más resalta de todos esos años es que se dedicó a compartir toda esa información y experiencia por más de una década en conferencias dentro y fuera del país, dedicadas precisamente a la educación financiera y a las finanzas personales. Fue en una de esas conferencias en donde ambos se conocieron y se dieron cuenta que compartían valores similares como la coherencia y la palabra, que son la base de su amistad y sociedad hasta el día de hoy.
Carlos añade que “si bien las oportunidades de inversiones grandes siempre están disponibles para personas o entidades con un gran capital, nuestro objetivo parte del propósito de darle la misma oportunidad al inversionista de capital pequeño”. El retorno es proporcional a la inversión, pero en el caso de un proyecto como el de Asia 101, difícilmente un pequeño inversionista hubiera tenido la oportunidad de participar. El Club estará dirigido fundamentalmente a personas que compartan
De hecho, se trata de un espacio que buscará reunir entre sus miembros a empresarios, comerciantes y todos aquellos con interés de hacer negocios en un espacio de esparcimiento y diversión. El “networking” entre los socios será incentivado y se buscará lograr un ecosistema que haga sólida las relaciones entre sus miembros, buscando así fomentar nuevos emprendimientos y el beneficio mutuo entre sus asociados.
Sin lugar duda, un modelo de negocio novedoso que vale la pena seguir con atención.