En el mes de octubre del año pasado, la gestión de Pedro Castillo colocó a Freddy Osorio Landa como director general del Instituto Nacional de Salud del Niño de Breña (INSN). Según fuentes consultadas por CARETAS, la designación de Osorio habría sido una cuota de poder.
“Él asumió el puesto por una amistad con el gobierno”, comenta una fuente. Según el Registro de Organizaciones Políticas (ROP), desde el 2020 pertenece al partido Juntos por el Perú.

Lo cierto es que Osorio llegó a la dirección general sin haber sido jefe ni de servicio ni de departamento y sin ser pediatra, tres requisitos indispensables para ocupar un cargo de alto nivel en esta institución de salud pública. Tampoco cuenta con estudios en gestión de la salud, como muestra su registro en Sunedu.
Desde el momento en que Osorio asumió, cuentan los trabajadores del INSN, todo empezó a venirse abajo. “Empezó a nombrar gente cuestionada e incapaz en puestos clave”, subrayan. Y remiten prueba de ello.

Primero, nombró a Victor Segura como director administrativo. Segura manejaría todas las cuentas bancarias de la Unidad Ejecutora de la institución. De inmediato, sus compañeros alertaron de sus intentos fallidos por entrar al Estado. “Todos sabíamos que había intentado cargos por concurso y había desaprobado”, comenta uno de los trabajadores del INSN.
Un año antes de que Osorio lo pusiera en el Hospital del Niño, en el 2020, tuvo tres intentos fallidos. Postuló al Ministerio del Ambiente para ser especialista en presupuesto. Lo calificaron como “no apto” por no cumplir con los estudios complementarios requeridos en el perfil del puesto. También probó suerte en el Organismo de Supervisión de los Recursos Forestales y de Fauna Silvestre (OSINFOR) para el mismo cargo: especialista en presupuesto. Obtuvo la calificación de 0 por no cumplir los requisitos mínimos en la evaluación curricular. Corrió la misma suerte cuando tentó la plaza de coordinador en modernización y cooperación del Programa Nacional de Inversiones en Salud (PRONIS). El resultado final: “No apto para el puesto por no obtener el puntaje deseado en la evaluación curricular”.

En todas las oportunidades, su CV era insuficiente. “El cargo de director administrativo es más complejo que esos, ¿qué tanto pudo mejorar en un año para que lo nombren aquí?”, se pregunta uno de los médicos indignados quien declaró para CARETAS.


Cuando el sindicato de médicos reclamó a Osorio sobre esta designación, él respondió: “Déjelo trabajar. Una prueba no descalifica su capacidad. ¿A usted nunca la desaprobaron?”, se lee en los chats a los que CARETAS tuvo acceso.

Otro nombramiento cuestionable es el de David Avendaño Zanabria. De jefe del servicio de Urología, pasó a ser jefe del departamento de Cirugía. “Dejó Urología con la lista de espera más larga del hospital y ahora ha hecho lo mismo con Cirugía. Los pacientes esperan meses para atenderse en esas áreas”, comentan los médicos consultados.
Según un informe de Contraloría, el servicio de Urología encabeza la lista de servicios con mayor demanda no atendida en el hospital, con un 50 %. le sigue Cirugía con un 25 %, ocupando el segundo puesto de la lamentable lista. Ambas áreas tienen en común la mano de Avendaño.

Según los médicos que trabajan en el INSN, este cuello de botella se debe a que los especialistas “marcan y se van”. Lo cierto es que Avendaño también trabaja para la Clínica Delgado, los lunes de 1:00 p. m. a 3:30 p. m., y los jueves de 8:00 a. m. a 1 pm, como figura en la misma página web de la clínica, y su horario en el Hospital del Niño es de 8:00 a. m. a 2:00 p. m. ¿Cómo hace el jefe de Cirugía para estar en dos lugares al mismo tiempo?

Los médicos que trabajan con él confiesan que la falta de atención en el departamento que dirige Avendaño se debe a que deja su puesto, no opera, y así acumula pacientes. “Es un mal ejemplo, ahora todos creen que pueden dejar su puesto cuando quieran”, comenta uno de ellos.
Osorio también nombró a Julio Ortega como jefe de Anestesiología. Ortega recientemente ha recibido una queja por parte de Tania Valderrama Atayupanqui, doctora del departamento de Oftalmología. En el documento, Valderrama relata la intransigencia con la que actuó Ortega ante la cirugía de una menor. Según el documento al que CARETAS tuvo acceso, la menor de 4 meses requería una operación en el globo ocular para preservar su vista. Ya contaba con fecha programada, pero la operación se tuvo que aplazar.
“Se coordinó su cirugía con el doctor Ortega, pero el mencionado indicó que era él quien decidía a qué hora ingresaba, que la jefatura de Cirugía no tenía poder de decisión para ello y que el catéter venoso lo haría él”, se lee en la misiva. Ortega ordenó al cuerpo médico estar atentos desde las 2:00 p. m., pero a las 7:10 p. m. la niña aún no era operada. La queja fue menospreciada por Osorio.

Pero, más allá de las malas designaciones, la verdadera consigna de Osorio fue cambiar el Manual de Organización y Funciones (MOF) del INSN. Y lo logró. Hasta antes de su gestión, la dirección general solo podía ser ocupada por un pediatra. Osorio no lo era, por lo que su designación fue irregular y tenía los días contados. Sin embargo, aprovechó el tiempo y cambió la normativa.
Ahora ese cargo lo puede ocupar un médico de cualquier especialidad. Tal es el caso de Jaime Tasayco Muñoz, actual director general del INSN. Su especialidad: médico intensivista de adultos.
En el último mes hemos visto cientos de familias acampar afuera del Hospital del Niño, esperando una cita que nunca llega. Todo indica que la matriz del problema está en el constante cambio de directores, lo que obliga al sistema a empezar desde cero luego de cada designación. Esto, sumado a las malas prácticas de los funcionarios designados, origina platos rotos que los terminan pagando miles de inocentes niños.
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Ejerciendo su derecho a réplica, se publica el descargo de Fredy Osorio Landa.




Y a continuación, el de David Elmer Avendaño Zanabria.



Nuevo descargo del Dr. David Elmer Avendaño Zanabria:


CARETAS publica el nuevo descargo del Dr. David Elmer Avendaño Zanabria. La pregunta: ¿los testimonios —protegidos a razón de inminentes represalias laborales— que ponen en duda la gestión de Avendaño Zanabria son falsos?, del mismo modo, yendo de lo particular a lo general: ¿eso quiere decir que todas las áreas del Hospital del Niño lucen por su eficiencia, impresión que va en contra de los centenares de quejas que hay sobre el manejo en absolutamente todos los servicios de salud del Hospital del Niño en los últimos tiempos?
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