Hasta fines de enero, los días del comandante de la PNP Elky Alexander Fernández Latorre transcurrían entre la caza de pasantes de droga en Huánuco y una que otra quema de poza de maceración en la zona de ingreso al Alto Huallaga. Desde hace unas semanas, con Pedro Castillo en el gobierno, su vida y la de sus dos hermanos ha dado un giro de 180 grados. Hoy, gracias al nombramiento que realizara el ministro del Interior Alfonso Chávarry, Elky Alexander ocupa un cargo en la División de la Seguridad Digital de la Dirección de Inteligencia Nacional (DIRIN) de la PNP.
Por otra parte, su hermano José Luis Fernández La Torre, también durante el gobierno de Pedro Castillo, mejoró ostensiblemente su vida. Hoy es, nada menos que el jefe de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI), la principal agencia de inteligencia del Perú que tiene como objetivo asesorar al primer mandatario cuando existan amenazas a la seguridad del país. Eso, sin importar sus denuncias por agresión, abuso de autoridad, corrupción, desobediencia, negligencia y otras, que han sido difundidas por diversos medios de comunicación, así como sus ingresos a Palacio de Gobierno —junto a Karelim López.

Por si esto fuera poco, Carlos Óscar Fernández Latorre, otro de los suertudos hermanos, mantiene un contrato administrativo de servicios (CAS) como analista II de inteligencia en el Ministerio del Interior, con un sueldo de más de 7 mil soles mensuales. Un puesto que, además, implica el manejo de información sensible y, obviamente, privilegiada. Por la hoja de vida de este último, se sabe que ocupó una agregaduría policial en España sin contar con los requisitos mínimos: tener el grado de comandante y por lo menos 15 años de servicio en la institución policial, pues Carlos Fernández solo era capitán y no alcanzaba ni diez años en la Policía. Al descubrirse este hecho, el entonces general Félix Murazzo lo retiró del cargo y meses después fue invitado al retiro, pero hoy ha regresado al sector con un CAS en el Ministerio del Interior. Los hermanos Fernández la Torre son chotanos.
Se añade a esto un nombramiento reciente que terminó en una renuncia intempestiva. Se trata del Gral. PNP (r) Roger Arista Perea, quien ocupó durante 78 horas el estratégico encargo de la Dirección General de Inteligencia del Ministerio del Interior (Digimin). Arista, quien había sido involucrado en el irregular resguardo policial al líder del partido Perú Libre, Vladimir Cerrón, deja la dirección con la papa caliente de la investigación contra el exsecretario del presidente de la república Bruno Pacheco, por los 20 mil dólares en efectivo que un fiscal encontró en el baño de su oficina. Desde noviembre del año pasado, la Dirección contra la Corrupción de la Policía (Dircocor) colabora con la pesquisa del fiscal Marco Huamán, quien ha solicitado a la Digimin apoyo para investigar el caso de Pacheco.
Filtración de información de los operativos
Estos cuestionados nombramientos de gente allegada al gobierno, no han hecho nada más que incomodar y levantar suspicacias sobre las filtraciones en los operativos que involucran miembros de Perú Libre o al presidente de la República, Pedro Castillo.
El pasado 22 de febrero la fiscal Bonnie Bautista, junto a 23 fiscales, pensó que daría un duro golpe a los “Tiranos del Centro”, una organización que, según tesis del Ministerio Público, extorsionaba a ambulantes, comerciantes y empresarios de Huancayo. Sin embargo, algo salió mal. En este grupo todos ya estaban enterados del operativo de detención y de la incautación de documentos. Danny Luján Rojas, uno de los capturados, dijo a las autoridades que conocía del operativo con tres días de anticipación. ¿Cómo sucedió?
Lo mismo ocurrió con otro operativo de la fiscal de lavado de activos Luz Taquire, quien decidió allanar el departamento ubicado en la cuadra 30 de la avenida Brasil, en el distrito de Magdalena, donde vivían los sobrinos del presidente Pedro Castillo. Podría ser el nuevo “Sarratea”, una fachada para que el presidente participe de reuniones clandestinas, sin embargo, nuevamente, algo salió mal. Los sobrinos del presidente, Fray Vásquez Castillo, Gian Marco Castillo y Cledin Vásquez Castillo, desocuparon el departamento días antes. Se llevaron todo. No dejaron un solo rastro que pudiera servir de evidencia para las sospechas de la fiscal. Todo hace pensar que, la información del seguimiento y del inminente descerraje por parte de las autoridades, se filtró.

Pedro Castillo ha colocado en puestos clave de la comunidad de inteligencia a los hermanos Fernández La torre. Pueden no tener las credenciales, pero al parecer si son eficientes para ciertos fines. A estas alturas, cabe creer que tener mismo código postal que el presidente -nacieron en la provincia cajamarquina de Chota- puede ser suficiente. Todo queda en la “Chota Nostra”.