Treinta Años Después del Crimen
Hallazgo Gráfico
En 1988, a sus 32 años, Daniel Urresti era un joven capitán del Ejército que se desempeñaba como jefe de la sección de Inteligencia –S2- de la Base Militar de Castropampa. Ysabel Rodríguez Chipana acusa al ex ministro de haber participado el 24 de noviembre de ese año en el crimen del periodista de CARETAS, Hugo Bustíos, y luego de haberla violado en dos ocasiones para silenciarla. Urresti ha pretendido, sin éxito, señalarla de terrorista. Esta foto tomada una semana después del asesinato comprueba que Rodríguez era una joven madre que vivía frente al lugar del crimen. El juicio se encuentra en su recta final. Urresti es el candidato a la alcaldía de Lima del partido de José Luna, y promete mano dura.

La foto es una pieza central en el rompecabezas del asesinato del periodista Hugo Bustíos. Está fechada el 2 de diciembre de 1988, apenas ocho días después del crimen. Es Ysabel Rodríguez Chipana, por entonces con 28 años y madre de dos niños. Aparece consultada por el periodista Abilio Arroyo en el paraje ayacuchano donde Bustíos fue emboscado. Arroyo recogía testimonios de testigos.
Sharmelí Bustíos, hija de Hugo, descubrió la reveladora imagen en los archivos de la revista.
En enero último, Rodríguez Chipana protagonizó una confrontación judicial con el ex ministro Daniel Urresti, contra quien la fiscalía pide 25 años.
Aseguró haber visto que Urresti, por entonces oficial de Inteligencia en la Base de Castropampa, participó en el asesinato. Narró cómo vio llegar a cuatro militares mientras tejía en la entrada de su casa en la zona de Erapata, en el pago huantino de Quinrapa. Bustíos iba en moto a la casa de su comadre Primitiva Sulca, quien había sido asesinada esa mañana. Lo acompañaba el periodista Eduardo Yeni Rojas. Los militares salieron de los matorrales les dispararon a ambos. “¡Somos periodistas!”, gritaron en vano. Rojas alcanzó a huir y Bustíos fue rematado con una carga explosiva.


Al día siguiente su imagen fue captada por el fotógrafo Jorge Ochoa.
“Yo decido hablar porque ese monstruo no tiene nombre”, confesó a CARETAS. “Me hizo daño y estaba tranquilo, mientras yo vivía muerta la mitad de mi vida”.
Tras la muerte de su madre Margarita Patiño en un accidente de tránsito en octubre de 2016, Sharmelí Bustíos continúa frente al caso.
La estrategia de defensa de Urresti consiste en hacer suya la versión de Víctor La Vera Hernández, ex jefe de la Base de Castropampa, quien sostiene que el crimen lo cometió Sendero Luminoso. Pero esa posibilidad fue descartada en el juicio al que fue sentenciado a 17 años de cárcel en 2007, tras casi dos décadas de impunidad. También fue condenado Amador Vidal Sambento, conocido como “Ojos de Gato”, quien remató bárbaramente a Bustíos.
¿Por qué elementos de las Fuerzas Armadas se iban a dedicar a encubrir el crimen por casi 20 años si los asesinos eran senderistas?
Urresti dice que no tenía mando de tropa y ni siquiera salía de la base. ¿Pero entonces como firmó informes de indisciplina contra “Ojos de Gato”?
“Es inaudito que él dijera que no salía de la Base y que no sabía quién era Hugo Bustíos”, se indigna Sharmelí. “A Hugo Bustíos lo conocía todo el mundo. Luego en su testimonio dice que sí, que Bustíos era colaborador de los militares. ¿Dices que no lo conoces y luego que era fuente tipo A?”

–¿Qué opina de la candidatura a la Municipalidad de Lima de Urresti?
–Es una infamia. Que una persona enjuiciada por el asesinato de un periodista tenga tribuna en la prensa como panelista y líder de opinión es una bofetada a los familiares de Hugo Bustíos. Primero fue ministro, luego candidato presidencial. Ollanta Humala y Susana Villarán, que fue activista de derechos humanos, sabían del caso. Todo eso ha sido una daga en el corazón. Es inaudito lo que pasa en este país, la fragilidad de la memoria, hasta dónde llega la negación. Cuánto más lo niegan, más se sentencian.
–¿Qué concluye de la secuencia de testigos presentados por Daniel Urresti?
–Su función ha sido desprestigiar a la señora Ysabel Rodríguez Chipana y a Jesús Gálvez, a los que tildan de terroristas. Ysabel identifica a Urresti en el lugar de los hechos y asegura que participó en el asesinato de mi padre. Gálvez declara que fue llevado a Castropampa con un grupo de gente y sufrieron torturas. En la voz de Urresti reconoció la de su torturador. En el grupo estaba Ysabel Rodríguez, que acusa a Urresti de violarla. Gálvez reconfirma su versión. El otro punto es el de la autoría. Los hermanos Sulca, hijos de Primitiva, señalan en su declaración primigenia que los militares asesinaron a Bustíos.
–¿Es lo que quedó consignado en la CVR?
–Así es. La defensa de Urresti insiste que fue Sendero. La autoría quedó definida con la sentencia que la Corte Suprema ratificó en 2008. No es que haya sospechas. Fueron militares. Y no todos los testigos han hablado. En esos años, hablar significaba matarte, quitarte del medio sin ningún tipo de remordimientos. ¿Por qué Isabel calla tantos años? En la fotografía se le observa con uno de sus niños. Ya era madre. Si hablaba la iban a matar.


–¿Usted ha podido hablar al respecto con Rodríguez?
–Me confirmó que “yo le dije a tú mamá”.
–Según cuenta, no quiso hablar más porque Urresti la violó dos veces.
–Cuando Isabel declara que fue violada fue estigmatizada y tuvo problemas con su familia. Una persona le señaló “ósea que tú eras la mujer de Urresti”, y ella indignada le dio una bofetada. En el careo le increpa: “yo te vi, tú me violaste y me amenazaste”. Una persona que miente, a la que le pagan, jamás va ser tan determinante. Su tienda de abastos estaba al frente de donde asesinaron a Bustíos. Ella logró vencer su miedo y dice, “me liberé, eso nadie me lo va a quitar”. Las violaciones fueron sistemáticas, tienen un capítulo en la CVR. Era una forma de anularte y silenciarte. Es un terrible capítulo de impunidad.
–La jueza Miluska Cano, que preside la Sala Penal B, enfrenta una acusación de abuso sexual por parte de una menor que ha declarado ante una cámara Gessell. Cano dice que demostrará su inocencia, ¿está en riesgo el caso?
–La acusación contra la juez se tiene que evaluar fríamente.
¿Se demanda el retiro de la jueza?
Si la retiran se quiebra el proceso y el beneficiado sería Daniel Urresti. ¿Qué garantía tengo que los nuevos jueces emitan una sentencia justa? Implicaría tres años más de juicio oral. El 24 de noviembre se cumplen 30 años del asesinato de mi padre. A nivel de familia ha significado un desgaste bárbaro y hay un momento en que uno dice, basta. Hago un esfuerzo sobrehumano para lidiar con ese señor que escenificó el asesinato de mi padre con cerdos colgados. A veces me pregunto qué hago aquí. Es una persona cínica, descarada, agresiva.
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