Octaviano Omar Tello Rosales es el hombre que, se supone, debería organizar el seguimiento implacable contra los funcionarios que comentan delitos en un país devastado por la corrupción. Sin embargo, su nombre aparece en la delación de Karelim López como el fiscal que garantizaría impunidad a la organización que envuelve también al mandatario Pedro Castillo, a su ex secretario presidencial Bruno Pacheco, a sus sobrinos, y a otros personajes como Zamir Villaverde, que carga con dos condenas y otras denuncias penales. Según las propias palabras de la aspirante a colaboradora eficaz, Karelim López, en la coordinación nacional de las fiscalías anticorrupción habita el gato del despensero.
Pero uno no es lo que dice, sino lo que hace. No obstante, el fiscal Tello ha salido a defenderse de esta grave acusación en su contra en un road show por varios medios audiovisuales apenas se hizo público la declaración delatora de la mujer que ha sido comparada con Matilde Pinchi Pinchi. Su principal argumento es que una candidata a colaboradora eficaz es una delincuente, que no se le debe creer porque busca redimir sus penas lanzando “barro con ventilador”.
Pero no es la primera vez que se sindica a Tello en controvertidas actuaciones. Desde mediados del año pasado este fiscal superior ha tomado decisiones que, analizadas en contexto, son sospechosas y refuerzan la versión de Karelim López. Situaciones donde podría haber blindado con sus decisiones a funcionarios en el partido de gobierno.
En el Centro, los Dinámicos
En los días previos a la segunda vuelta electoral, durante la primera semana de junio del 2021, Omar Tello decidió que ‘era inoportuno’ el desplazamiento de 33 fiscales adjuntos para realizar un megaoperativo contra los Dinámicos del Centro, grupo investigado por más de un año por la fiscal anticorrupción de Huancayo, Bonnie Bautista, y la Diviac. Tello justificó esta inaceptable postergación, alegando falta de policías por una orden de inamovilidad debido a las elecciones, pero lo cierto es que todo estaba listo en la Diviac y Tello no autorizó el apoyo de los fiscales.
Sin duda, un operativo de esta naturaleza, contra varios dirigentes del partido por el que postulaba Pedro Castillo hubiera tenido consecuencias electorales nefastas para el candidato del lápiz. Con este criterio político-electoral Tello permitió hacer el operativo recién el 15 de junio, tras la segunda vuelta, sin que la dinámica banda afecte al rondero de Cajamarca. Algo muy conveniente para el partido Perú Libre. Y una ventaja demasiado grande como para que Arturo “Pinturita” Cárdenas y los demás Dinámicos la desperdiciaran sin ponerse a buen recaudo. Incluso presentaron un recurso de habeas corpus para evitar el allanamiento a sus casas y oficinas, mientras, en paralelo, la orden judicial firmada por la magistrada July Baldeón circulaba por sus cadenas de WhatsApp. Por esta acción de Tello, o, mejor dicho, inacción, la oficina de control interno del Ministerio Público, que a falta de fiscales supremos titulares ahora lo dirige la fiscal suprema provisional María Sokolich, inició una investigación en su contra que al poco tiempo fue archivada. Difícil enfrentarse al fiscal nombrado —y protegido públicamente— por Zoraida Ávalos.
Poco tiempo después, el mismo Tello se opuso a que la investigación de los Dinámicos del Centro pasara a una fiscalía supranacional en Lima: en Huancayo, después de todo, la presión de Vladimir Cerrón y sus huestes ponían en desventaja y vulnerabilidad a los fiscales que los estaban investigando. Pero en esa ocasión no pudo salirse con la suya ya que hubo presión mediática y su injustificada posición inicial tuvo que cambiar.
En Sarratea, el despacho clandestino
Ya con Pedro Castillo como presidente de la República, Tello continuó con decisiones sospechosas que refuerzan las dudas sobre su probidad. Quizá no se trata de un fiscal anticorrupción, sino del fiscal que blinda la corrupción oficialista. Para muestra, un botón más. Unas horas después de que el programa Cuarto Poder hiciera públicas las imágenes de las reuniones clandestinas del presidente con ministros, funcionarios, empresarios y lobistas en la casa del pasaje Sarratea en Breña, Tello realizó un operativo “inopinado” contra funcionarios de cuarto nivel del Ministerio de Economía y Finanzas, en un caso que se investigaba hace varios años. Como si se tratara de distraer a la opinión pública, Tello convocó a todos los medios en la sede del MEF en el centro de Lima e hizo un show que puso en duda la supuesta autonomía de su investigación, con la presencia del ministro del Interior Avelino Guillén. Parecía que buscaba colocar otro titular en los medios de comunicación para disipar el escándalo Sarratea, pero la maniobra fue demasiado evidente. Cuando la prensa preguntó qué iba a hacer la Fiscalía Anticorrupción ante las revelaciones en la casa de Breña, Tello declaró, sin inmutarse, que para él el informe del programa dominical no establecía indicios de delito alguno. Al adelantar opinión, no actuaba como titular de la acción penal, sino se erigía como abogado de oficio del presidente de la República. Un hecho muy grave.
A pesar de todo esto, Tello no ha podido evitar que de oficio las fiscalías anticorrupción de turno inicien investigaciones preliminares en varios casos: los escándalos de presión en los ascensos militares, los veinte mil dólares encontrados en el despacho del entonces secretario presidencial Bruno Pacheco, las licitaciones sospechosas como el puente Tarata III o la venta de diodiésel a Petroperú. De hecho, Tello pretendía tener control de esas investigaciones y por ello envió una circular a todos los fiscales del subsistema anticorrupción que coordina, conminándolos a que le informen cuándo, dónde y a qué hora se harían los operativos, supuestamente “inopinados”. Un completo despropósito, pues se trataba de una medida administrativa que violaba la autonomía funcional de los fiscales provinciales.
La lobista investigada
César Nakazaki, el abogado de Karelim López, ha declarado públicamente que una de las razones para que su patrocinada no se haya acogido desde el principio a la ley de colaboración eficaz es porque no confiaban en las fiscalías anticorrupción. El temor surgió, según ha declarado López, tras la reunión con un primo de Tello, presuntamente el comandante de la Policía Arturo Parra Tello, quien llegó acompañado de uno de los sobrinos del presidente a un restaurante en Lince. Según la candidata a colaboradora eficaz de la justicia, el supuesto primo de Tello le habría asegurado que no se preocupara por las investigaciones iniciadas en el subsistema anticorrupción del Ministerio Público porque su primo, el coordinador nacional, se aseguraría de tener control de las indagaciones que hacen sus subordinados fiscales provinciales. No es la primera vez que el supuesto primo policía del fiscal Tello trafica influencias en su nombre y demuestra que tiene acceso a información confidencial de las fiscalías anticorrupción. En julio del año pasado, Mitzi Karina Verde Barrueta declaró ante el fiscal Marco Huamán, subordinado de Omar Tello, que el primo le comunicaba acerca de las diligencias a realizarse en el despacho de Huamán, mucho antes de que estas sucedieran. Fue una declaración en calidad de testigo en la investigación abierta contra el exjefe de la Región Policial Lima, el general PNP Herbert Ramos Ruíz, por presuntas compras irregulares de insumos de bioseguridad contra la Covid-19. El general Ramos Ruíz, acogiendo las pruebas de las conversaciones que sostuvieron por chat Mitzi Verde y Arturo Parra Tello denunció a Omar Tello ante la Fiscalía Suprema en lo Contencioso Administrativo adjuntando como prueba todos los chats previamente revisados desde el teléfono de Verde ante el notario de Lima Alfredo Zambrano Rodríguez. Por lo menos en este caso, ha quedado demostrado que el supuesto primísimo tiene acceso a información que solo debería manejar el coordinador nacional de las fiscalías anticorrupción. Tello dice no conocer a Arturo Parra Tello, que no es su primo. Pero la denunciante Verde Barrueta no solo confirma el parentesco sino que ambos nacieron en Huánuco e incluso que, cuanto Arturo Parra Tello estudiaba como cadete de la escuela de oficiales de la Policía se alojaba en casa de su primo Omar Tello en Lima. En todo caso, ésta debe ser una de las investigaciones que debiera realizar de oficio el despacho de la fiscal María Isabel Sokolich Alva acogiendo lo que en la fiscalía se conoce como “la noticia criminal”, los informes periodísticos hechos sobre la base de la delación de Karelim.

Parte de las conversaciones por WhatsApp entre Mitzi Verde y Arturo Parra Tello, quien sería primo del cuestionado fiscal Arturo Tello Rosales.

Según los mensajes intercambiados entre Mitzi Verde y Arturo Parra Tello, este último sí tenía acceso privilegiado a las resoluciones de las fiscalías anticorrupción donde Omar Tello, su supuesto pariente, es el coordinador nacional.

Declaración ante notario público de Mitzi Karina Verde Barrueta facilitando su teléfono celular para verificar el intercambio de mensajes que tuvo con Arturo Parra Tello, el supuesto familiar del fiscal Tello que, según Karelim López se reunió con ella para asegurarle que en las fiscalías anticorrupción la protegerían.

Acta de Constatación Notarial de los mensajes encontrados en el aplicativo WhatsApp que Mitzi Verde intercambió con el comandante PNP Arturo Parra Tello.
“Cómo podía confiar Karelim en los fiscales si el jefe de estos sería parte de la organización”, ha señalado Nakazaki. Sus sospechas se confirmaron porque, cuando su clienta decide dar el paso para convertirse en candidata a colaboradora eficaz, mientras su testimonio permanecía en el despacho de la fiscal Luz Taquire, una fiscal de lavado de activos que pertenece al equipo especial Lava Jato, todo iba bien. Pero, una vez que se informó a las fiscalías anticorrupción de sus declaraciones, empezó a recibir amenazas en su teléfono. Su abogado ha contado que, en el tercer día de su declaración, mientras daba detalles de algunos casos, López recibió una amenaza de muerte vía WhatsApp. Para que ella supiera que no se trataba de un juego, la intimidación llegó con información precisa de dónde y desde qué hora ella estaba declarando. ¿Cómo lo sabían los desesperados chantajistas?
Los chats con Sokolich
La reportera Claudia Toro ha exhibido una supuesta comunicación vía chat de WhatsApp entre el fiscal Tello y su colega suprema provisional María Sokolich Alva realizada la tarde del viernes 26 de febrero, cuando Karelim López ya había hecho la explosiva declaración ante una fiscal del equipo Lava Jato. De comprobarse la veracidad de este intercambio de mensajes la versión de la candidata a colaboradora eficaz también quedaría corroborada: que la jerarquía del Ministerio Pública ha sido tomada por la organización que Karelim López denuncia. Tanto Tello como la encargada del investigar a los fiscales denunciados Sokolich han negado la veracidad de tales comunicaciones. María Sokolich en una rueda de prensa y con la voz entrecortada ha calificado de difamación lo publicado por Claudia Toro, sin embargo adelantó que no iniciará una denuncia penal por supuesto delito de difamación agravadacontra la periodista. No es la primera vez que Tello niega las imputaciones que se le hacen. Tampoco la primera vez que la reportera Toro presenta chats de WhatsApp incriminatorios de altos funcionarios. En el pasado reciente reveló una serie de conversaciones vía chats de WhatsAppde dos ministros de Estado, Hernando Cevallos del Minsa y Roberto Sánchez del Mincetur, con mujeres muy cercanas a ellos sin tener nombramiento oficial alguno en sus sectores pero sí extrema confianza, la suficiente como para pedirles favores que lindan con la ilegalidad. Por estos chats, que en algunos pasajes subían de tono hasta llegar a la categoría de íntimos, a ambos ministros le pusieron el epíteto de “ministros del amor”. Ambos salieron a aclarar que, si bien hubo pedidos, nunca accedieron a concederlos, pero ninguno cuestionó la veracidad de las conversaciones hechas públicas. La otra evidencia concreta del pasado reciente es que, como ya dijimos, la Fiscalía de Control Interno que dirige María Sokolich archivó de manera cuestionable la investigación iniciada por las denuncias públicas del diario Perú21 contra Tello en el caso Los Dinámicos del Centro.
Demasiados hechos para que sean simples coincidencias, percepciones o malos entendidos. Si se sostiene que Zoraida Ávalos es la Blanca Nélida Colán de estos tiempos, Omar Tello Rosales sería, en esta versión reloaded de los noventeros años del fujimorato, la versión masculina de la tristemente célebre fiscal superior Julia Eguía Dávalos.