Durante la reunión que sostuvo con las diferentes confesiones religiosas del Perú, el presidente Pedro Castillo no dudó en pronunciarse sobre su gestión y lo complicado que es gobernar un país. Por primera vez aceptó no estar preparado en gobernarlo.
El mandatario admitió este miércoles que durante su campaña electoral tenía toda la ilusión de hacer cambios en beneficio de la población, pero la idea que tenía de gobernar no fue la misma cuando asumió la presidencia.
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“En estos meses que ha pasado nos ha servido de escarmiento y hemos aprendido cosas que ni siquiera se nos pasaba por la cabeza”, señalaba.
También reconoció que desde “adentro”, es distinta la situación. “Alguien de nuestro entorno familiar nos decía: en el Perú es tan fácil llegar a ser presidente, gobernar es la diferencia, es lo distinto”.