El presidente del Consejo de Ministros, Aníbal Torres, debía llegar a las 11 de la mañana a la zona de conflicto en Cotabambas, Apurímac, junto a una comitiva de alto nivel del Ejecutivo.
Sin embargo, Torres Vásquez y su comitiva hicieron una parada en Urubamba, Cusco, donde dio una conferencia en la Municipalidad de dicha localidad, que exigen la aceleración de obras, carreteras y colegios. Donde desde horas de la madrugada, los trenes de las empresas ferroviarias PeruRail e Inca Rail con destino al pueblo de Machu Picchu, dejaron de operar como parte del paro de transportistas.
“El pueblo de Cusco reclamó el aeropuerto de Chinchero y estamos ejecutando sus obras. Este aeropuerto va a beneficiar a todos los cusqueños y a las personas que están en los alrededores (…). El que pone trabas a la ejecución de la obra, no es cusqueño y es un mal peruano”, señaló.
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La presencia del Premier era una de las condiciones para retomar la mesa de diálogo con representantes de las seis comunidades campesinas involucradas en el conflicto social de Las Bambas, luego que se frustro hasta en dos oportunidades por la ausencia de Aníbal Torres.
Finalmente, el jefe del Gabinete llegó a Pumamarca, en Apurímac, con tres horas de retraso para unirse a la instalación de mesa de diálogo. Por supuesto, los reclamos de los pobladores no se hicieron esperar, quienes increparon al ministro de Energía y Minas, Carlos Palacios, por la demora. A la llegada de Aníbal Torres los gritos resonaron en el recinto.
Las operaciones de la mina Las Bambas se mantienen paralizadas desde el pasado 20 de abril y al menos 9 mil trabajadores se encuentran en riesgo de perder sus empleos.