Mercedes Aráoz, vicepresidenta de la República, ratificó su posición en cuanto a la disolución del Congreso el pasado 30 de setiembre afirmando que la medida adoptada por el presidente Martín Vizcarra fue “inconstitucional” y que “después de dos meses no ha resuelto nada para el país”. Por otro lado, manifestó que no se arrepiente por haber jurado al cargo de presidenta encargada.
Aráoz, quien dio una entrevista, este domingo, al programa Punto Final señaló que a pesar de los enfrentamientos había más “posibilidades de seguir dialogando”. Para ella “la confrontación política hacía mucho daño al país. Se usaron dos malos instrumentos de manera extrema, la vacancia presidencial y la cuestión de confianza”.
Como se recuerda, Martín Vizcarra tomó la decisión de disolver el Congreso de la República luego que se rechazará la segunda cuestión de confianza interpuesta por el Ejecutivo.
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“El Congreso que estaba vigente en ese momento decidió suspender al presidente temporalmente y yo tenía que asumir la encargatura, las formas quizás no fueron las correctas. Yo tenía que asumir la candidatura porque era un mandato constitucional”, dijo Mercedes Aráoz y reconoció que “la juramentación pudo haberse evitado”
Mercedes Aráoz confesó que la situación la hizo sentirse “incómoda” y lo que ella aceptó fue la encargatura, pero no la presidencia. “Por eso me negué a ponerme la banda presidencial. El acto político central era decir ‘sí, acepto’ porque aquí hubo un atropello a la Constitución”, acotó.
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Horas después de la emisión del Mensaje a la Nación de Vizcarra, Mercedes Aráoz juramentó ante el presidente del Congreso, Manuel Olaechea, como “presidenta encargada”. Para eso, entonces el Parlamento vacó al mandatario pero esto no tuvo validez, pues ya había sido disuelto.
Al día siguiente, la también excongresista oficialista anunció en sus redes sociales que renunciaba a la vicepresidencia del Perú. Eso decisión no pudo ser aceptada por no haber un Congreso en funciones.
Aráoz señaló que este domingo que no regresará a la política después de “la mala experiencia” que pasó tras la disolución del Congreso.
