Las difusión de una conversación entre el secretario nacional de la organización Perú Libre, Arturo Cárdenas, y un militante no identificado sobre el Frente Amplio y Juntos por el Perú colocó en entredicho las “buenas relaciones” que existe entre el partido del lápiz y sus alianzas.
En ese contexto, el jefe de Plan de Gobierno del partido que tuvo como candidato presidencial al excongresista Marco Arana, Farid Matuk, remarcó que la conversación entre militantes del PL se dio “cuando no se sabía que iban a pasar a la segunda vuelta (…) las conversaciones publicadas no muestran ningún ilícito”.
“Es natural que en la primera vuelta las organizaciones intentasen erosionar la base social de las otras. Yo creo que la difusión de estos audios responde al temor de que replique la Izquierda Unida de 1983 que arrasó con las alcaldías a nivel nacional y en Lima con Barrantes”, remarcó.
“Los audios son viejos. Si hubieran sabido que Perú Libre iba a estar en el primer lugar en primera vuelta y que iba a ganar en la segunda los hubieran soltado muchísimo antes. Entonces, habría que preguntarse ¿cuál es la racionalidad para soltar esos audios ahora? Y la racionalidad es impedir la unidad de la izquierda en las regionales del 2022 y sembrar cizaña”, manifestó.
Por otro lado, Matuk comparó los recursos de nulidad interpuestos por Fuerza Popular con “poner un huayco en la carretera”. “Prácticamente todos fueron rechazados en primera instancia, pero ahora tienen que ir a segunda instancia, es un acto de mala fe el no reconocer la derrota”, comentó.
Además, resaltó el papel de la ciudadanía en el proceso electoral de segunda vuelta señalando que el ausentismo de miembros de mesa, así como el número de mesas no instaladas, el tiempo de instalación de mesas llegaron a un “mínimo histórico”.
“Fuerza Popular hizo un modelo matemático en donde creían que la participación ciudadana iba a ser como la de 2016 que fue escasa, baja porque se presentaron dos opciones de derecha y se han encontrado con una participación que ha superado cualquier otra en la historia republicana del Perú, porque la polarización fue extrema (…) Eso significó que las personas de uno u otro lado quieran participar hasta el final”, argumentó.