El sociólogo y exguerrillero Héctor Béjar sugirió —cuando aún se mantenía en el cargo de ministro de Relaciones Exteriores— el nombramiento de un grupo de intelectuales como embajadores políticos del Perú en el mundo. Así lo reveló el viernes pasado durante una entrevista concedida al portal Nuestra América TV.
“Ni una de las propuestas a embajador fue firmada por el presidente. Pero estaban considerados Oswaldo de Rivero para embajador en Estados Unidos, Manuel Rodríguez Cuadros en las Naciones Unidas, Hugo Neira en Francia, Rodrigo Montoya en España, el historiador Humberto Rodríguez Pastor en China porque ha dedicado toda su vida a la inmigración china”, señaló Béjar.
El ex canciller sostuvo que la política de Torre Tagle era mostrar “una buena imagen del Perú a través de sus mejores intelectuales y no con embajadores de carrera”.
“No sé si el presidente ya haya firmado estas propuestas, pero supongo que no porque no se ha anunciado nada hasta este momento. No sabemos cuál será la nueva línea del nuevo canciller”, manifestó.
Béjar reveló, además, detalles sobre la designación de Harold Forsyth como representante permanente del Perú ante la Organización de Estados Americanos (OEA). “El nombramiento de Forsyth ya estaba decidido por el presidente Castillo antes de que yo me hiciera cargo de la Cancillería”, apuntó. “El papel de Forsyth ha sido muy importante, casi diríamos que clave para que se reconozca el triunfo electoral del presidente Castillo a nivel internacional”.
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“El rol del embajador Forsyth, según mi modesta opinión, no hace sino reflejar la nueva política norteamericana respecto al Perú”, finalizó Béjar.
Perfiles intelectuales
Las personalidades consideradas por Béjar como futuros embajadores tienen, sin duda, un amplio reconocimiento nacional e internacional.
Oswaldo de Rivero, tras ejercer la secretaria general de la Presidencia durante el gobierno militar, representó al Perú en Ginebra, Londres y Moscú. Además, fue designado como representante permanente del Perú ante las Naciones Unidas y la Organización Mundial del Comercio. Es autor de libros como El Mito del Desarrollo (2001) y Los Estados Inviables (2003).
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Tras la salida de Béjar de la Torre Tagle, el exembajador Manuel Rodríguez Cuadros sonaba como su reemplazante, dado que ejerció el cargo durante el gobierno de Alejandro Toledo. Sin embargo, declinó la invitación hecha por el presidente Pedro Castillo. El motivo parece que es evidente.
Por su parte, el reconocido historiador y sociólogo Hugo Neira es un viejo conocido de Béjar. Ambos coincidieron en el Sistema Nacional de Apoyo a la Movilización Social (Sinamos), creado en 1971 y que fue pieza clave del velasquismo.
Hay que precisar que el Sinamos fue la cuota civil e intelectual del régimen velasquista, de la que salieron planteamientos cuyos más notorios esfuerzos fueron la reforma agraria y la reforma industrial. Por supuesto, quien se encargaba de difundir tales ideas era Hugo Neira debido a que tenía el cargo de director de Difusión.
Tras la caída del velasquismo, Neira se dedicó por un corto periodo al periodismo antes de viajar a Francia, donde ejerció la docencia y obtuvo el grado de Doctor en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de La Sorbona. En su vasta obra se encuentran publicaciones como Huillca: habla un campesino peruano (1975), Después del muro de Berlín: actualidad de Haya de la Torre (1995), El mal peruano 1990-2001 (2001), entre otros. Actualmente dirige el Instituto de Gobierno y de Gestión Pública de la Universidad San Martín de Porres.
En tanto, el antropólogo Rodrigo Montoya es reconocido por su vasto trabajo académico sobre el desarrollo del capitalismo en Perú y su articulación con los pueblos indígenas en las esferas económicas, políticas, literarias y de las culturas en plural frente a la llamada “alta cultura” —la cultura en singular entendida como sinónimo de las bellas artes—, del mismo modo en cuanto a las luchas por la tierra, reformas agrarias y desarrollo capitalista, y el territorio en la Amazonía.
Finalmente, el antropólogo Humberto Rodríguez Pastor es –como señala Béjar– un especialista en inmigración china y, por ello, iba a ser colocado como representante diplomático en Pekín. Entre sus publicaciones, precisamente, se encuentran Los trabajadores chinos culíes en el Perú (1977), Chinos culíes: bibliografía y fuentes, documentos y ensayos (1984), Herederos del Dragón (2000), Chinos en la sociedad peruana. Presencia, influencia y alcances 1985-2000 (2017).
Habrá que ver si el canciller Óscar Maúrtua considera alguno de estos intelectuales como nuevos embajadores en el exterior.