Constituye una buena noticia que la Defensoría del Pueblo haya presentado al Congreso un proyecto de ley para dotar de mayor autonomía al Instituto Nacional de Radio y Televisión del Perú (IRTP).
El aporte central de la propuesta de la Defensoría es que el presidente y los miembros del directorio del IRTP sean elegidos “a través de un concurso público de méritos, que observe los principios de transparencia, publicidad, legalidad, debido procedimiento y participación ciudadana. De esa manera, se busca garantizar la idoneidad y capacidad de quienes asuman tales cargos, asegurar su independencia y evitar cualquier tipo de condicionamiento del trabajo periodístico de los medios de comunicación estatales a su cargo, especialmente de parte del Poder Ejecutivo”.
Hoy, el presidente y los miembros del directorio son nombrados por el presidente de la República mediante resolución suprema y el IRTP está adscrito al Ministerio de Cultura.
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Tras el retorno de la democracia en 2001, y gradualmente, los presidentes del directorio de TV Perú avanzaron en la transformación de una señal del Estado a una pública. Es decir, en lo que respecta a la señal noticiosa del canal, responder al ciudadano y no al poder de turno. Contribuir a la construcción de la democracia en pluralidad, en lugar de hacer propaganda. Eso terminó con la actual gestión de Joseph Dager como presidente del directorio. Un funcionario que, como ocurre con tantos otros puestos durante el actual gobierno, no cuenta con ninguna experiencia en el rubro del puesto que le tocó en suerte. En este caso, medios de comunicación.
El proyecto de ley trata del cumplimiento del compromiso que asumió la Defensoría en la supervisión sobre libertad de expresión que realizó al Poder Ejecutivo durante la gestión de Walter Gutiérrez y de la cual se emitió un informe hace casi un año, en diciembre de 2021.

En ese documento, entre otras señales preocupantes, se recordó que “en una audiencia pública, el ministro de Transportes y Comunicaciones, Juan Silva Villegas, cuestionó a un medio de comunicación del Estado (TV Perú) por su presunta línea crítica hacia el Gobierno, y anunció futuros cambios”. Silva, nada menos, el aún prófugo de la justicia responsable de presuntas corruptelas en el Ministerio de Transportes y Comunicaciones.
Mucha agua corrió desde entonces, pues TV Perú que en los últimos años se destacó por una línea equilibrada y, sobre todo, plural, pasó a asumir otra de marcado tono oficialista que incluye la presentación de las notas en los noticieros y a la que recurrieron los miembros del gobierno como el primer ministro Aníbal Torres para justificar, con la aquiescencia del conductor, medidas tan disparatadas como la “inmovilización” del 5 de abril de este año que provocó una protesta tan masiva que, sin duda, le advirtió al poder de turno que los peruanos no aceptarían así nomás el recorte de sus libertades.
Otro momento tristemente célebre fue la entrevista pactada que el presidente le ofreció al entonces gerente de prensa, quien durante la recepción por la asamblea general de la OEA socializó en todo momento con los ministros escuderos de Castillo como Alejandro Salas, quien fue ministro de Cultura durante los estropicios. Julio Navarro dejó la gerencia de prensa para trabajar en la Autoridad Nacional del Agua (ANA) como asesor del presidente ejecutivo. Insólitamente, sigue trabajando “gratis” los fines de semana como conductor de los noticieros. Así se maneja la comunicación pública hoy en TV Perú.