Penoso el tratamiento del periodista Carlos Paredes, quien se desempeñaba como asesor principal de la vicepresidenta Mercedes Aráoz. Tras la renuncia de esta a la bancada de gobierno, el viernes 16 le llegó a su casa una resolución firmada por María Sara Aguirre Pajuelo, subsecretaria general de Palacio de Gobierno, en la que le comunicaron la resolución unilateral de su contrato, basada en la cláusula 8 del mismo.
El problema es que el numeral lo justifica por incumplimiento, lo que no es el caso. En carta a Roberto Sala Rey, presidente ejecutivo de Fonafe, mediante la que renunció al Directorio de Editora Perú, desde donde organizó la sala de prensa de los juegos Panamericanos, explica que ha sido “víctima de una arbitrariedad solo como parte de una venganza política contra mi jefa inmediata… ordenada desde las más altas instancias del Poder Ejecutivo, según me han informado personalmente tanto la persona que firma esa decisión como el Jefe de Personal del Despacho Presidencial”.

El lunes 19, Aráoz envió un oficio a Mirian Morales, secretaria general de Palacio, en el que le comunica que ella no remitió ninguna solicitud para rescindir el contrato de Paredes, como hubiera correspondido por ser ella la funcionaria a quien reportaba. Aráoz solicita “me informe a la brevedad, cuáles son los sustentos de hecho y de derecho para dar por resuelto y finalizado el contrato de mi asesor de Prensa y Comunicaciones”. Como se recuerda, Aráoz terminó por salir de la bancada de PPK luego que este grupo la retiró de la Comisión de Economía, que presidía. APP, mientras tanto, le cedió un cupo en el grupo de trabajo.