El gobierno de Pedro Castillo no puede ser responsable por las viejas deficiencias del Estado. Pero sí lo es por, en algunos casos, no haber comenzado a revertir la situación, y en muchos otros, por destruir lo que había mejorado significativamente, en muchos otros.
CARETAS ya reveló datos clamorosos como los de Provías Nacional, donde se pasó de más de 1200 kilómetros de vías pavimentadas por año al colapso de 74 kilómetros en el 2022. La lista sigue y preocupa en particular en los sectores de Transportes y Comunicaciones, Educación y Salud, que es donde se concentra la mayoría del presupuesto.
COLAPSO DEL LOAYZA
El rubro de Salud, que durante el 2022 estuvo en manos de Perú Libre, es un drama aparte. CARETAS accedió al Informe de Orientación de Oficio No 8827-2022 de la subgerencia de control del sector Salud, sobre la gestión sanitaria del Hospital Nacional Arzobispo Loayza, uno de los principales del ministerio de Salud, que evaluó el desempeño del importante establecimiento hasta el 22 de setiembre.

Entre los hallazgos más relevantes están que:
- De enero a julio del 22, en promedio cada consultorio del Loayza se utilizó solamente en un turno, siendo que el estándar esperado es de dos turnos de utilización, en mañana y tarde.
- En el mismo período, las camas hospitalarias permanecieron desocupadas en promedio 2.9 día, cuando el estándar máximo de intervalo de sustitución corresponde a un día. Es decir, se demoran tres días para limpiar y cambiar las sábanas de un cuarto.
- En consecuencia, el promedio de rendimiento por cama fue de dos pacientes al mes, cuando el estándar es de 4. Atienden a la mitad de pacientes que deberían.
- Del mismo modo, el promedio de rendimiento en las salas de operaciones fue de 58.6 intervenciones, cuando el estándar es de 100. Seis salas de operaciones, el 30% del total, se encuentran inoperativas.
- Llama especialmente la cantidad de cesáreas. Fue el 55.4% del total, cuando lo recomendable se mueve en el rango de 20%-25%.
- En las 30 especialidades hay asignados 2260 médicos especializados. Según la norma se debieron programar un total de 226 mil horas para atender a los pacientes. Pero las horas programadas fueron de 36,057. Esto quiere decir que solo se programó el 16% de las horas que correspondían. Los médicos especializados cobran puntualmente todo su sueldo y trabajan el 16% que les toca.

NIÑOS DESATENDIDOS
Otro informe de Contraloría está centrado en el Instituto Nacional de Salud del Niño en Breña. En concreto investiga la “programación, asistencia, permanencia y supervisión del personal médico en los servicios de medicina física y rehabilitación, neuropediatría, ortopedia y traumatología, pediatría y urología”.
El servicio de control específico comprende el período de 1 de enero de 2021 hasta el 30 de abril de 2022.
Se encontró que los jefes de servicio de urología y medicina física y rehabilitación incumplieron sus turnos programados para prestar servicios en clínicas particulares. “No obstante, registran marcación simulando permanencia en la entidad”, concluye el informe.
En tres días analizados, 11, 18 y 25 de enero de 2021, se encontró que el jefe del servicio de urología, médico cirujano David Elmer Avendaño Zanabria, incumplió sus jornadas asistenciales programadas en presencial y remoto, para realizar atenciones en la Clínica Delgado AUNA. En el público marca tarjeta de ingreso y salida, en el privado trabaja de verdad.
Una revisión más detallada del ejercicio 2021 detectó permanente superposición de horarios en el establecimiento público y el privado. Pero en el primero muestra cero pacientes atendidos en modalidad remota que en ese momento estaba en vigencia. En el privado, mientras tanto, atendía hasta 15 pacientes por jornada.
Contraloría advierte que esta evidente falta no fue advertida por su jefe inmediato, Juan Carlos Montes Chávez, jefe de Departamento de Investigación, Docencia, y Atención en Cirugía, quien validó el sustento de supuesto trabajo remoto del doctor Avendaño.
Similar situación se encontró con Rosario del Pilar Rivera Machuca, jefa del servicio de medicina física y rehabilitación, que “dupleteó” con trabajo en la Clínica Anglo Americana, pero que en realidad no cumplía con atender en el establecimiento público.
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La oficina de personal del INSN-Breña “inobservó las inasistencias injustificadas que presentaron los médicos de los servicios de neuropediatría, pediatría, ortopedia y traumatología y urología”, se lee, “en consecuencia no efectuaron los descuentos correspondientes, generando un perjuicio económico a la entidad de S/.108,462.47”.
Son casos puntuales que tienen correlato directo con la deficiente gestión. La factura la paga la ciudadanía:
- Como ocurre en el Loayza, se encontró que se toman un promedio de tres días para ocupar una cama pediátrica, cuando el estándar debería ser de entre 0.6 y 1 día. Y los consultorios se utilizan solo durante un turno por día, cuando deberían ser dos.
- Donde los números producen escalofríos es en el tiempo que el paciente demora para obtener una cita. Para medicina física es de 2277 días. ¡Más de seis años! Para neurología son 1326 días y para pediatría, nada menos que 1161 días. Ante este estado de las cosas se entiende que los servicios de emergencia de los hospitales vivan colapsados. En el caso de la Emergencia del establecimiento en cuestión se encuentra en promedio cuatro veces más congestionada que el estándar esperado. Solo en emergencia se dieron 50,947 atenciones entre enero del 21 y enero del 22, mientras que durante el mismo período todas las atenciones en consulta externa fueron 121,948. Un desastre si se toma en cuenta que, de acuerdo con la normativa vigente, debieron ser entre 650 mil y 867 mil atenciones. ¡Menos de una quinta parte!
- Por último, funcionarios del INSN-Breña, otorgaron, sin corresponder, “descanso físico adicional remunerado por exposición a radiaciones ionizantes a médicos del servicio de ortopedia y traumatología”, ocasionando un perjuicio de casi S/.43 mil “y la afectación a la oferta asistencial pese a la alta demanda existente”. Los especialistas no estaban expuestos a radiación, pero se tomaban descansos de diez días.

Golpe Avisa
Patricia Suárez de la Contraloría alerta que peruanos pierden millones de años de vida saludable al año por mal servicio de salud.
La doctora Patricia Suárez Beyodas es desde marzo de 2019 la subgerenta de Control del Sector Salud. Basta un rato de conversación para saber que es de armas tomar. Pero también para darse cuenta de que tiene un discurso articulado.
“Lo que hacemos es control. El presupuesto público de este año es de S/ 214 mil millones. Son 214 mil departamentos en San Isidro. La misión de la Contraloría General de la República es cuidar esos recursos. ¿Para qué? Para luchar contra la corrupción y la ineficiencia en la conducta de los funcionarios. ¿Para qué? Para brindar servicios públicos de calidad, para ser sostenibles como país y no pase lo que está pasando”.
En el caso de Salud, el presupuesto es de S/.26 mil millones.
“¿Cómo una familia pierde dinero? Qué pasa si te enfermas. Para los pobres enfermarse hasta de una faringitis es un gasto catastrófico. Ya no puedes seguir trabajando, pierdes dinero y tienes que gastar de los recursos que no tienes porque el Estado no le provee. La salud debería ser provisionada porque hay dinero para eso”.
Y añade que “para lograr esos objetivos de activar las tasas de crecimiento, reducir la pobreza, ser más competitivos; no puedes hacerlo sin el recurso más importante del Perú que no es el cobre, el petróleo. Son las personas educadas y sanas”.
Ahí entra el concepto de los AVISA: los años de vida saludable perdidos. “La esperanza de vida en el Perú es de 75 años y un taxista que no pudo atenderse se murió a los 50. Ahí tenemos 25 AVISA perdidos. Esos años no pudo producir PBI para el Perú”.
Sobre los informes destacados en esta nota alerta que “te enfermas de una lumbalgia, te vas al hospital Loayza y te atienden en tres años. Esa lumbalgia se hace una hernia, no puedes trabajar y tu esperanza de vida va a bajar. Multiplícalo por las personas que van al Loayza por una lumbalgia, que son 9 mil”.
Una ciudadanía saludable tiene el efecto sobre el desarrollo del país, que a su vez garantiza las condiciones de bienestar de esa ciudadanía. “Necesitamos producir más plata”, resume Suárez. “Ahorita nuestro PBI es 500 mil millones de soles y el presupuesto público es 214 mil millones de soles. Si divides entre 33 millones le toca 500 soles a cada uno para educación, salud y lo demás. Es imposible. Necesitamos producir más plata”. Y, en números de 2016 que son los últimos disponibles, “ese año en el Perú se perdieron 5 millones de años de vida saludable, sumándole todas las personas que se enfermaron. El per cápita en esa época fue 6205 dólares, si lo multiplicas ahí tienes tu perjuicio de 32 mil millones. Eso es lo que está pasando”.
A propósito de los interminables tiempos de espera que revelan los informes de la Contraloría, “si no atiendes oportunamente a la gente estás impactando en el AVISA porque la gente pierde años de vida saludable. Estás impactando en la esperanza de vida, en la competitividad y en el futuro”.
Suárez critica el exceso de discrecionalidad en las normas, lo que permite que funcionarios de Salud puedan trabajar en instituciones privadas, pero en la práctica dejen de cumplir con sus obligaciones con el Estado. “En este país se paga por respirar”, objeta. “Si tú respiras yo te voy a pagar tu sueldo. No puede ser, tenemos que empezar a cambiar las cosas. Son normas de hace 20 años. No te hablo de 5. De 20”.
Quien consigue una plaza en el Estado termina, en ocasiones, flotando por años.
“¡Exacto! ¿Y eso por qué no se puede decir? ¿Porque es políticamente incorrecto? No señor, ya basta. Lo políticamente incorrecto es que en este país nos muramos de diarreas y neumonías. Dicen, faltan especialistas. ¡No señor! Médicos generales nomás. La gente se muere porque no la hidratan a tiempo. Se muere de neumonía porque no hay un UCI para atenderlo. Ya basta de tanta mentira”.
Y cuestiona: “¿Por qué no hay accountability? ¿Por qué no hay un solo hospital con una página web como la de las clínicas que es lo que estamos pidiendo a Susalud? Que publiquen los horarios de los médicos, sus sueldos. Ganan 10 mil soles en promedio. Que te paguen para marcar una tarjetita y salir, ese es el puesto ideal”.
Para terminar, promete que descubrimientos como esos se harán en todos los hospitales. “Si trabajas en radiología te ponen un aparatito que se llama dosímetro. Cuando llegas a cierto nivel te dan 15 días de licencia. En el Hospital del Niños utilizaban ese permiso siendo que no hay exposición a radiaciones ionizantes, no hay dosímetros, y con un diferimiento como el que estás viendo. ¿En dónde? En medicina física, en urología, en cardiología, en gastrología. Resulta que te pagan licencias cuando nunca te has expuesto. Resulta que ahora el hospital del niño es Chernobyl. No sabía si reírme o llorar”.