Se equivocaría el empresariado peruano si supone que la ola va a pasar de costado. Al impacto del caso Lava Jato se suman las recientes revelaciones sobre los millonarios aportes a las campañas de Keiko Fujimori.
Aunque no se puede considerar una novedad que buena parte del gran capital en el Perú sea fujimorista, y que incluso sea debatible una posible arista penal en el caso de los aportes; se refuerza la imagen de una clase dirigente pragmática al punto del cinismo, y alejada del debate nacional. ¿Es un buen momento para dar un golpe de timón? CADE podría ser una excelente oportunidad para formular pronunciamientos y compromisos que no se los lleven las paracas sureñas.
El economista peruano César Martinelli es docente en la Universidad George Mason en Virginia. A su participación en el panel de CADE sobre combate a la corrupción le imprime un sentido de urgencia.
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Enfatiza que no se trata “de un problema de personas sino de instituciones e incentivos. No es un problema de atrapar a algunos. Si los incentivos no cambian, los problemas se van a repetir”. Pero, más allá, “el otro aspecto importante es que no son solo las instituciones legales sino también las restricciones éticas a las conductas de la gente, aquello que la sociedad acepta como conductas honorables. La parte moral”.

Martinelli subraya que “hay un fundamento ético en las instituciones y tal vez eso es lo que está en entredicho ahora mismo”. Y en esa discusión los gremios tienen un papel central. “Los gremios empresariales pueden ayudar sobre todo en el sentido ético”, remarca. “Los últimos 20 años los economistas les estamos dando vueltas a los temas de instituciones. Pero cada vez más se llega al convencimiento que debajo de esas instituciones hay sistemas de valores. Son como sistemas de impuestos por los que la gente reconoce a sus pares. No es solo el reconocimiento material”.
Añade que “los empresarios están muy preocupados por cómo van a ser considerados y eso hay que aprovecharlo. Es un momento crítico. Hay muy buena literatura sobre reformas anticorrupción, pero en realidad estamos en territorio no explorado.
Lo comparo con el momento crítico del Perú a fines de los 80, cuando naufragaba el modelo del estado interventor. Es en momentos así en que hay nuevas ideas para aterrizar la economía. Y estamos otra vez en un momento crítico. La ineficiencia, las cantidades de dinero desviadas por la corrupción son impresionantes”.
Con los gremios, Martinelli señala que los medios y las universidades también juegan un papel importante en el debate. Y se refiere a un término que no suele aparecer mucho en el glosario de los economistas: “toca pensar en valores republicanos”.
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Adelanta que, durante su Adelanta que, durante su participación, “les voy a poner un dilema del prisionero, de teoría de juegos, donde todos apuntamos a la ventaja individual y al final estamos peor. El entramado de valores es importante. Cuando la presión de grupo te empuja a decidir que te quedas fuera si no entras en un sistema corrupto, estamos en una mala situación. Los valores permiten esa coordinación, donde ganar a toda costa deja de ser tan importante”.