VIDA DE PELÍCULA

VIDA DE PELÍCULA

Mauricio de Romaña 1935-2023

Mauricio de Romaña y su esposa Patricia Gibson en el bosque de piedras de Mauca, en la localidad de Imata, Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca, 1972.

“De Romaña se quedó con la boca abierta cuando lo descubrió y dedicó esos años  a propagar la buena nueva al mundo entero”.

¿Mauricio de Romaña, 88, ingeniero agrónomo, aventurero y emprendedor, murió el pasado 1 de septiembre en su viejo solar de Sabandía, Arequipa. De Romaña fue gestor de varias unidades de conservación como  los Humedales de Mejía, el Parque Nacional del Mismi (nacimiento del río Amazonas) y el Valle de los Volcanes. Fue promotor de la puesta en valor del Valle y Cañón del Colca y Valle de los Volcanes publicando los libros Descubriendo el Valle del Colca (1987 y 1988) y  El Valle de los Volcanes (2011). Participó en varios documentales con la BBC, Smithsonian, Cousteau, y otros.

De Romaña se graduó como Ingeniero agrónomo en la Universidad Nacional de La Molina, en 1957, En la década de 1960 trabajó en la hacienda Tayataya en Puno, de propiedad de la familia, dedicado a la crianza de camélidos sudamericanos y a cultivar la amistad. «Tenía anclado su velero en la ensenada de Chillora y sus caballos en la hacienda Tayataya», recuerda Martha Giraldo, y las «inacabables noches de tertulia».  En 1969, la Reforma Agraria expropió la hacienda y De Romaña hubo de migrar, primero a Lima, y luego a Arequipa.

En la Ciudad Blanca, el ingeniero agrónomo desempleado abrió una agencia de turismo en la calle San Francisco, Transcontinental Arequipa,  que ofreció a los viajeros un destino turístico en ese entonces insólito: el Valle del Colca. Pronto la pequeña agencia de turismo conquistó una selecta y leal cartera de clientes.

En el Colca, un colosal sistema de riego y andenería dan cuenta del ingenio y tesón del hombre. El conjunto de centenarios templos de piedra de sillar y techo de paja y retablos pan de oro custodiados bajo siete llaves hablan de la renta que genera la ubérrima producción agraria en las escarpadas laderas de la imponente cordillera de los Andes desde tiempos preincaicos hasta nuestros días. Las mujeres de este vivaz paraje visten polleras finamente bordadas  y en los mercados de abastos la multitud de vendedoras y clientes se desplazan en su cotidiano trajinar como coloridos ramos de amapolas. 

En el pueblo de Yanque, un puente pétreo y alto que data de la época colonial es tránsito obligado para el ganado de una orilla a otra del río Colca que discurre con un bramido de aguas cristalinas rumbo al Pacífico a estas alturas del Cañón. En un plácido recodo de este recinto emergen del subsuelo aguas termales. En la noche los astros –ojos de la vicuña, precisó un vecinoobservan el devenir de la naturaleza. El vaho de las calientes pozas se confunde con la columna de cenizas que cada espasmo de tiempo se  proyecta al cielo azul de la boca del cejijunto volcán Sabancaya a lo lejos. De Romaña se quedó con la boca abierta cuando lo descubrió. Y dedicó esos años a propagar la buena nueva al mundo entero.

De Romaña trabajó en la Junta de Rehabilitación y Desarrollo de Arequipa y en la Corporación de Desarrollo de Puno, desde donde se dedicó a mejorar las condiciones de crianza de los camélidos sudamericanos y a desarrollar los mercados para la venta de su fibra, además de velar por la protección y la utilización racional de la vicuña. Promovió y participó en la organización de instituciones claves como la Asociación de Criadores de Alpacas del Perú y en la introducción de la alpaca en la alta moda europea de la mano del italiano Francesco Ilorini de la reconocida firma Agnona.

También fue gestor de la creación del Parque Nacional Salinas y Aguada Blanca  y de las propuestas vigentes del Parque Nacional del Mismi, el Valle de los Volcanes y los humedales de Mejía, este último colindante a su casa de verano en el litoral arequipeño. La mayoría de estas unidades de conservación fueron reconocidas por el Estado peruano luego de largas  batallas burocráticas.

En la década del setenta una discrepancia medular con los técnicos a cargo de la conservación de las vicuñas en Pampa Galeras dio origen a la creación de la Reserva Nacional Salinas y Aguada Blanca en Arequipa. En 1979, el Ministerio de Agricultura había decretado una saca de 15,000 vicuñas bajo el argumento de una supuesta sobrepoblación en Pampa Galeras.

La controversia enfrentó a De Romaña y Felipe Benavides  (Prodena Arequipa) con Antonio Brack Egg y Marc Dourojeanni,  otros dos minotauros del movimiento ecológico peruano, en ese entonces a cargo de Pampa Galeras. Benavides y De Romaña argumentaron  “que era un error sacrificarlas, dado que la vicuña podías ser capturada, esquilada y eventualmente trasladada a oro hábitat similar; como efectivamente ocurrió en 1979, produciéndose el primer traslado de 70 vicuñas a Pampa Cañahuas, en Arequipa”, reseña el libro Arequipa Salvaje. El legado de Mauricio de Romaña (circa 2018).

 “Felipe Benavides tenía una visión romántica de la conservación de la naturaleza   y Brack Egg y Dourojeanni, más cuadriculada y técnica”, comentaría años después De Romaña el origen de la sonada disputa entre colegas, a la lumbre de una chimenea. El alcalde de Arequipa Guillermo Lira Harmsen y el persistente defensor de la naturaleza, Willy Roberts, apoyaron decisivamente la creación del Parque Nacional Salinas y Aguada Blanca donde está ubicada Pampa Cañahuas, el nuevo hogar de las vicuñas libradas de la saca.

Pero la iniciativa fue  rechazada por el Ministerio de Energía y Minas en el gobierno de Francisco Morales Bermúdez. Da la casualidad que uno de los edecanes del Presidente de la República era el oficial de la Armada Peruana, Ernesto de Romaña, hermano de Mauricio. El expediente de creación de la RN Salinas y Aguada Blanca reprobado por los burócratas fue entregado al Edecán y éste cayó  en manos del General.  “En 24 horas el Gobierno  aprobó la creación de la RN Salinas y Aguada Blanca”, reiría aún sorprendido de su buena suerte, Mauricio.

De Romaña destinó sus últimos años de vida a investigar otro paraje deslumbrante ubicado muy cerca al Colca: el Valle de Los Volcanes y sus  85 conos volcánicos miniatura, en la provincia de Caylloma. En el cráter de uno de estos promontorios la población ha construido una plaza de toros hace casi un siglo. Mauricio de Romaña presidió la oficina de la Organización de Gestión de Destino que articula con los pueblos locales la puesta en valor turístico del entorno formando guías, haciendo mapas turísticos y asesorando a los interesados locales en la administración de paradores comunales con paciencia de orfebre. La Minera Orcopampa de Buenaventura en la zona de influencia ha sido  un aliado incondicional de este esfuerzo

 En el 2019, la Unesco declaró como geoparque mundial al Cañón del Colca y el Valle de Los Volcanes, hoy entre los mayores destinos turísticos del Perú. 

Los muchos posts de colegas y amigos en  las redes sociales estos días hablan de la bonhomía y espíritu de aventura de este hombre de hablar pausado y terco como una cabra. Le sobreviven su esposa Patricia Gibson y dos hijos, Joaquín y Mónica, y dos nietas, Rafaela y Francisca.  De Romaña fue sepultado el domingo 3 en el cementerio Jardín de la Esperanza en la Ciudad Blanca. (MZD)

FIN