Pese a que el Gobierno no decretó asilamiento social obligatorio, la empresa minera Southern Copper Corporation intentó encerrar a sus trabajadores dentro de los campamentos mineros de Toquepala y Cuajone en el sur del país, bajo el pretexto de evitar el aumento de los contagios por Covid-19.
Mediante un comunicado enviado el 7 de enero, se buscó que los trabajadores que se encontraran fuera de los campamentos debían retornar a más tardar el pasado 8 “independientemente de la fecha en que estén programados para laborar”. Quienes se encontraban dentro del campamento y sus familias, debían permanecer ahí bajo advertencia de que, al salir no estarían autorizados a volver a ingresar. Estas medidas también aplicaban para quienes estuvieran de vacaciones o tuvieran descanso programado.

Un trabajador de Southern Copper Corporation, que prefirió no ser identificado en esta nota, contó a CARETAS que desde el inicio de la pandemia hasta las fiestas de fin de año, los trabajadores de Toquepala y Cuajone estaban encerrados en el campamento. Por ello, los diferentes sindicatos buscaron establecer un protocolo que les permita salir del campamento en sus días de descanso en coordinación con la empresa minera. Sin embargo, la empresa no brindó ninguna facilidad para que los obreros pudiesen retornar con sus familias durante sus días libres, dejándolos a su suerte, según la declaración que recibimos.
Si estos obreros usaban sus días de descanso, la empresa argumentaba que les debían días, por lo que eran nuevamente convocados para compensar.
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Sin embargo, nuestra fuente en Southern Copper Corporation indica que durante el fin del año pasado, la empresa había disminuido su número de personal y por ende su producción. Por ello, argumentando preocupación por el aumento del índice de contagios de la variante ómicron, se intentó congregar a los trabajadores en los campamentos.
Cabe señalar que en dicho comunicado, Southern menciona que los trabajadores que no puedan acudir a trabajar, serían sometidos a suspensión perfecta de labores.
Muchos trabajadores que se encontraban de vacaciones —algunos de ellos, recién las iniciaban— tuvieron que volver al campamento ante semejante advertencia de la empresa. Según la versión que nos llegó, algunos se mantuvieron ahí hasta el 10 de enero, debido a que los días 8 y 9 los trabajadores iniciaron un paro que hizo que Southern Copper Corporation retrocediera —a saber, los que estaban de vacaciones podían (re)tomarlas—, tal como se ve en este comunicado del 9 de enero.

Según el testimonio de este trabajador de Southern Copper Corporation, el hospital del campamento minero no cumple con los requisitos establecidos por SuSalud para atender casos de SARS-CoV-2, ya que no cuentan con el personal especializado. Además, los trabajadores infectados apenas habrían sido atendidos con paracetamol y luego de ello trasladados a ciudades más grandes.
Durante esos traslados, fallecieron varios trabajadores de la empresa, sin contar los daños psicológicos a los que están expuestos. Incluso, se habla de un caso de suicidio de un trabajador quien se vio abrumado ante la situación y la imposibilidad de salir del campamento.
Además, los días que pasan en cuarentena deben ser compensados por el trabajador, según nos comentaron. También se mencionó que los trabajadores solo son sometidos a pruebas PCR al entrar al campamento, pero una vez dentro, ya no se les monitorea.
Al cierre de esta nota, se nos notificó de un nuevo plantón en Toquepala.