A diferencia de lo que ocurre con la educación pública, el proceso de reapertura gradual ha sido más significativo en el ámbito particular.
“Estos meses han servido para volver a poner la maquinaria para probar temas concretos y operativos”, asegura Renzo Forlin Struque, presidente de la Asociación de Colegios Particulares Amigos-Adecopa. “Además de saber qué pasa si hay algún caso de conflicto y qué medidas tomar. Entonces, quedamos dispuestos para iniciar el próximo año”.
Uno de los cruciales es la salud mental. “La atención que han tenido que dar los colegios en la parte psicológica de apoyo ha sido fuertísima. En algunos colegios lo que han hecho es preparar a los profesores para poder dar ese soporte emocional a través de las capacitaciones internas, porque se veía que esto iba a ser vital”, explica.
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Por delante también queda el trabajo de acostumbramiento de los muchachos a la vida escolar debido a la pérdida del hábito del trabajo colectivo y los recursos visuales. “Hay que volver a enseñar el trabajo cooperativo presencial, con el distanciamiento respectivo. Va a tomar su tiempo”, adelanta.
Para ello se han otorgado estrategias a los profesores para poder enfrentar este manejo emocional y de motricidad de los estudiantes.
“El acompañamiento a los padres ha sido decisivo en los colegios privados y ha sido una fortaleza”. El distanciamiento es otro de los temas que esperan que se resuelva próximamente, porque actualmente se pide un metro y medio de distancia, pero esperan que para el 2022 la norma sea modificada a un metro. “Permitiría la utilización de aulas, siempre y cuando tengan el suficiente espacio de ventilación, uso de la mascarilla, más el lavado de manos que son el factor fundamental”.
La recuperación del tiempo y los aprendizajes perdidos es un gran reto, pero “podemos llegar a superar el bache y el sentir de los directores de Adecopa es que el próximo año el sistema educativo peruano tiene que volver a la presencialidad al 100%”.
La Adecopa está conformada actualmente con 29 colegios privados, que han tenido algún tipo de apertura, ya sea la semipresencialidad o con el programa Aprendo en Comunidad.
Por otro lado está la migración de colegios privados que suma más de 300 mil alumnos, que se calcula han quedado en el aire y tienen que ser absorbidos por los colegios nacionales, que no tendrían la capacidad.
“Digamos que la situación eco nómica no se ha ido arreglando”, añade Forlin. “Entonces, uno se da cuenta de las dificultades por las que van a atravesar las familias para poder sostener una escolaridad”. Se genera una especie de efecto cascada en los colegios más caros que se van pasando a colegios que tienen normalmente el valor de mitad del precio de referencia o se trasladan a un colegio público.
Para ello, una de las alternativas que propone el presidente de Adecopa a nivel de política de Estado es “ver en qué medida los colegios particulares pueden requerir una ayuda tipo “reactiva escolar” y poder darle un poco de aire”.
Forlin aconseja mirar la experiencia internacional en el tema de retorno a clases presenciales y colocarlo como prioridad. “Hay muchos sectores que son prioritarios en el país, pero salud y educación son vitales y el plan de acción para está pérdida de dos años debe estar por delante”. (Claudia Escobar)