En medio de la pandemia que arreciaba, el déficit de camas UCI fue una de las principales varas para medir las vulnerabilidades del sistema de salud. Pero detrás había otra igual de dramática, que era el bajo número de intensivistas requeridos para atender a los pacientes en esta condición crítica.
La doctora Rosa Luz López Martínez es una de ellas y lleva 28 años trabajando en EsSalud. Lideró el área de UCI Covid en el pico de la pandemia y vio morir a colegas y a familias enteras por la falta de camas. “La cara de las personas, sus llantos, sus dolores, se quedan conmigo. Son heridas que no se van a curar”, acepta.
Su capacidad de liderazgo ha sido su fortaleza para seguir motivando a los jóvenes médicos que tuvo a su cargo y que estuvieron dispuestos a seguirla, sobre todo en la segunda ola que considera más bien “un tsunami”. Recuerda que hubo momentos en los cuales un médico atendía hasta 16 pacientes y cuando alguien se salvaba decían: “De una patita lo jalamos de arriba”. “Cuidados intensivos es cuestión de equipo”, subraya.
Ha sido vicepresidenta de la Sociedad Peruana de Medina Intensiva, se contagió de la COVID-19 y participó en el documental “Convergencia”, donde mostró su trabajo y el de sus colegas, a quien llama a ser “propositivos y proactivos” para cambiar el sistema. Hoy está a cargo del área de la UCI COVID-19 del hospital Guillermo Almenara.