En el 2016, cuando el expresidente Alejandro Toledo viajó a Estados Unidos hizo lo indecible para evitar a la justicia peruana y no venir a parar a una cárcel con prisión preventiva en la que —como en la Diroes— habría tenido todos los privilegios de un exjefe de Estado.
Hoy, martes 28 de septiembre del 2021, el juez Thomas Hixson, de la Corte del distrito Norte de California, aprobó la extradición de Toledo, aunque aún falta que el secretario de Estado Antony Blinken tome la decisión final sobre si se extradita o no al exmandatario peruano. Como se recuerda, Toledo, quien salió del país el 11 de enero de 2017, está acusado de haber recibido US$ 35 millones de Odebrecht a cambio de favorecer a la constructora brasileña y por ello el procurador Amado Enco iba a solicitar prisión preventiva.
En el 2020, debido a la pandemia Toledo fue traslado del correccional Maguire, en el condado de San Mateo en California, a su casa para cumplir arresto domiciliario. Antes de este centro penitenciario, entre el 16 de julio y el 13 de octubre del 2019, Toledo se encontraba recluido en la megaprisión Santa Rita de Dublín, en donde tenía condiciones extremas.
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En esta cárcel, Toledo estuvo aislado en una celda de dos por dos metros y tuvo que convivir a diario con líderes y miembros de las pandillas más violentas de California. Durante esos tres meses, su esposa Eliane Karp no pudo visitarlo personalmente. Cuando ella llegaba a la prisión, la comunicación era vía Skype y solo por 30 minutos. Su defensa solicitó su traslado para protegerlo debido a su condición de expresidente.
En agosto del 2019, CARETAS publicó una crónica de Edgar Mandujano sobre la situación del expresidente en la prisión Santa Rita y señaló que “según información recabada de primera mano, Toledo y Karp han perdido el contacto con amigos y familiares que, en su mayoría, no los buscan ni responden. Incluso su hija Chantal ha cortado la relación con sus padres a pesar de la insistencia con la que ambos la han buscado”.
Alejandro Toledo fue arrestado el 11 de julio del 2019, en su casa en la zona residencial de Menlo Park, en el condado de Santa Clara en California.
Santa Rita por dentro
La prisión de Santa Rita alberga cuatro mil reclusos. Más de la mitad son integrantes de pandillas de Los Ángeles, con un alto porcentaje de hispanos. Están codificados por secciones: el color gris para bajo riesgo, el anaranjado lo visten los de riesgo medio y el color rojo para alto riesgo.
En la crónica publicada por CARETAS en el 2019, se indicaba que el expresidente Toledo estaba recluido en el ala de máxima seguridad del pabellón número 4, al lado oeste de la cárcel y que esa sección contaba con celdas dobles y tenía más de 300 presos.
“El líder de la chakana debía lidiar a diario con miembros de las pandillas de ‘Los Border Brothers’ (BB XII), ligados a la facción de ‘Nuestra Familia’. Y ‘Los Mara Salvatruchas’ (MS 13) unidos a ‘La Mafia Mexicana’, considerada madre de todas las pandillas”.
Esta cárcel cuenta con 18 unidades o pabellones de viviendas independientes con un edificio «central» en donde está el área administrativa, otro edificio de “servicio” que contiene lavandería, comisaria, cocina y almacenes. Cada pabellón recibe seis periódicos al día, pagados por el Fondo de Bienestar del Recluso.
El 50 % de los presos de Santa Rita proviene de las pandillas Oakland, conformadas por jóvenes migrantes. El 10 % de los presos se mantiene en “aislamiento administrativo”, un tipo de reclusión solitaria que ha sido repetidamente criticado. Un sistema de carro robótico automático mueve todas las comidas, ropa, artículos de la tienda, suministros y basura a través de la cárcel, lo que permite la restricción máxima del movimiento de prisioneros en toda la instalación.
Santa Rita está considerada como una de las cárceles más eficientes energéticamente en los EE.UU. Cuenta con un sistema fotovoltaico de 1,2 MW que cubre la mayoría de los bloques de las celdas, las cuales mediante el sistema de capacidad eólica indeterminada y el sistema de concentración solar térmico, se minimiza las facturas de energía y a su vez las emisiones de carbono.
Códigos en la piel
Los tatuajes que llevan consigo los presos que ingresan pueden ofrecer valiosa información que facilita la clasificación de las mafias, es por eso que pasan por una revisión minuciosa y entrevista obligatoria. Una unidad especial registra los tatuajes de cada interno.
Los reclusos más antiguos le enseñan a los jóvenes el uso de armas punzocortantes y cómo elaborarlas. Esta penitenciaría ha sido catalogada como un centro de entrenamiento, una puerta giratoria para las pandillas de Oakland, que recibe más de 60 mil personas cada año. Mantener el control es un signo de vigilancia constante durante las 24 horas del día. Comienza con el despertar de los presos y finaliza con el cerrar de las rejas cada noche.
Según datos de la prisión, más de 80 personas habrían muerto bajo la custodia del sheriff Ahern desde que asumió el cargo en 2007: 18 suicidios, 14 muertes declaradas accidentales y el resto ocasionadas por la violencia y la rivalidad entre pandillas. Sin embargo, el condado de Alameda pagó $ 4.6 millones para resolver demandas que surgen de cinco muertes bajo custodia entre el 2015 y 2018. En junio pasado, la muerte del joven Dujuan Armstrong fue un incidente más de los ocurridos en la cárcel del condado de Alameda.