Son más de 80 países los que ahora pagan cuatro veces más que hace un año por un flete (el precio por transportar la mercancía en contenedores dentro de los navíos de un punto a otro).
Aunque el incremento de los precios es algo que preocupa a miles de empresas peruanas, tal parece que esta alarmante situación continuará hasta el año 2022, pues a la fecha los productos no sólo han incrementado enormemente su precio en el mercado interno, sino que, incluso, hasta las exportaciones se han visto afectadas.
Según el Instituto de Investigación y Desarrollo de Comercio Exterior de la Cámara de Comercio de Lima (Idexcam), se ha identificado un incremento en cuatro productos que el Perú consume. Entre ellos el maíz que tuvo una subida de un 92% en su precio normal.
¿Qué productos han incrementado su costo?
El tema de los impuestos y gastos siempre han sido delicados y hasta complejos de tocar. Sin embargo, para entender el flujo del consumo no hay que ser un erudito, simplemente debemos analizar algunos insumos y sus derivados.
Por ejemplo, si sube el precio del maíz, es lógico que suba el precio del pollo (insumo elemental para la canasta básica familiar) y, obviamente, aquí viene la parte fea del asunto: el alza de precios recae en el consumidor final.
Pero no sólo los alimentos pueden costar más, sino también artefactos como las refrigeradoras, las cuales habrían incrementado su precio hasta en un 300% durante los dos últimos meses a portas del inicio del verano en Lima.
En cuanto a incrementos en productos más costosos, también se encuentran las motocicletas. En este caso, la subida del costo del flete ha impedido que muchas de ellas lleguen a provincias donde suelen tener alta demanda.
El desabastecimiento en China de contenedores también ha causado el incremento de las placas y baldosas hasta en un 400%. Este incremento alarma porque significa mucho más dinero para inversiones de infraestructura, algo que, a la larga, podría traer serios problemas de inflación.
La subida de precios a nivel mundial por la falta de abastecimiento del mercado chino sigue afectando a un gran grupo de empresarios. La tarifa promedio de transporte marítimo de un contenedor de 40 pies ha alcanzado los US$12,000 en septiembre de 2021, esto es casi siete veces el valor registrado en septiembre de 2019. Un incremento estrepitoso que se sigue acentuando en algunos productos valiosos.
Por otra parte, el tiempo de traslado se está alargando, tiempo que ahora cuesta más dinero que nunca, considerando que el aumento en el retraso de los buques ha pasado de dos días hasta llegar a tardar una semana.
James Baker, experto editor de contenedores, sostiene que el número de barcos fondeados en la región cercana a la terminal de Yantian llegó a cuadruplicarse. Hay lugares en los que el tiempo de espera llega a dieciséis días. En el puerto de Ningbo las descargas de los barcos disminuyeron en un 70%. Estos eventos afectan también al resto de puertos debido a una menor disponibilidad de medios y al menor flujo de barcos.
Por si fuera poco, este hecho se agrava debido a que los grandes importadores se resisten al incremento del precio del flete de las compañías navieras por lo que están alquilando sus propios barcos generando mayor tráfico.
Aunque la situación quiere revertirse, los nuevos cierres de puertos a raíz de los rebrotes del Covid-19 han hecho que en los últimos meses continúen “paralizados” los puertos base.
¿Cómo y cuándo se revertirá la situación?
Se estima que las tarifas aplicadas al transporte marítimo disminuyan en tanto desaparezcan algunos factores de carácter temporal (como las medidas adoptadas para enfrentar la pandemia y otros problemas operativos de los puertos) y en tanto los volúmenes de comercio mundial se normalicen.
Otro factor que aliviaría las presiones sobre el alza de los costos es la mayor producción de contenedores que se prevé para China. Sin embargo, es muy probable que algunos motivos estructurales—entre ellos los vinculados a la infraestructura portuaria, escasez de buques de carga y a otras limitaciones logísticas— limiten esta reducción y determinen que las tarifas sigan arriba.
Mientras tanto, desde el Gobierno resulta necesario forjar estrategias para poder generar nuevos Tratados de Libre Comercio y así capacitar a operadores logísticos para poder hacerle frente a este incremento.
También es necesario idear nuevas rutas de abastecimiento de productos, pues el diversificar proveedores, no sólo sería importante para dejar de depender del monopolio chino, sino también para dar incentivos a los medios de transportes aéreos y agilizar las construcciones portuarias que se vienen proyectando (como el puerto de Chancay o la fase 2 del Muelle Sur del Callao).
Finalmente, se debe dejar de lado la ralentización de la cadena logística. Si bien hay nuevos protocolos de transporte, desde los organismos reguladores se deben flexibilizar ciertas medidas, así como se están aligerando algunas disposiciones sociales a raíz de la vacunación masiva que se viene realizando en el territorio nacional.
De momento, se sabe que los costos de los regalos y los adornos de navidad de este año serán los más caros de la última década por la crisis global de los costos de importación. Y todo ello debido a que el 80% de los productos a nivel mundial se transportan por vía marítima, sumado a ello la inestabilidad política que tenemos como país.
Por desgracia, esto siempre termina siendo trasladado al consumidor, ya que las variables logísticas afectan en gran medida el valor final.