Al mediodía del último viernes llegó a la base de la DEA en Pucallpa, procedente del distrito de Puerto Bermúdez en Pasco, el cuerpo sin vida de Lucio Pascual Yumanga (22), fiscal de la comunidad asháninka La Paz de Pucharini. El cadáver lleva más de dos semanas de descomposición y tiene un orificio de bala por la espalda. Los restos fueron trasladados hacia la sede de medicina legal del Ministerio Público en donde por la tarde se le practicó la necropsia de ley, según versión de Fernando Merino, jefe de esta sede en Pucallpa. Sin embargo, una fuente encargada de realizar esta práctica señaló que por el tiempo de descomposición del cuerpo, la información no sería de gran utilidad. “Ese cuerpo ya no vale”, señalaron desde el interior de la morgue.
Lucio Pascual salió de La Paz de Pucharini el pasado 26 de noviembre, en compañía de su sobrino de 14 años, de iniciales Y.P.C. Ellos eran la avanzada de un grupo de caza al que se sumaron Beri Yumanga Shario y Javier Pascual Marincaña, padres de Lucio, y Abdías Pascual Yumanda, su hermano. “Ellos salieron a cazar a un día y medio de camino de su comunidad, en dos grupos, sin embargo, las condiciones climatológicas no les permitieron avanzar y agruparse”, narra a CARETAS el periodista local Hans Ruiz. Lucio fue encontrado boca abajo con un proyectil de bala por la espalda, con el morral al lado colgado de un palo y su escopeta de pie sobre el suelo, y la única persona que habría estado a su lado sería su sobrino menor de edad.
Transcurridos los días y hecha la denuncia de desaparición ante la Asociación de Nacionalidades Asháninkas del Pichis (ANAP), estos informaron a las autoridades. La demora de las mismas orilló a los representantes de ANAP a tomar cartas en el asunto, así, el lunes 6 de diciembre una delegación compuesta por la Seguridad Indígena Amazónica, el Servicio de Inteligencia Asháninka, el subprefecto de Puerto Bermúdez, salió en búsqueda de los indígenas desaparecidos. Luego de un viaje en bote de 7 horas y día y medio de camino, la delegación se topó con los extraviados, quienes manifestaron que fueron las condiciones climáticas adversas las que hicieron que se perdieran, sin embargo confirmaron que Lucio Pascual estaba muerto y que dados los días de descomposición habrían optado por superponerle tres centímetros de tierra.
Asimismo, otra delegación, liderada por el fiscal a cargo de la Fiscalía Provincial Mixta de Puerto Bermúdez, Michael Cisneros Chavarría, se desplazó hacia La Paz de Pucharini, desde donde caminaron 12 horas hasta hallar el cuerpo para iniciar las diligencias de investigación. El cuerpo fue luego trasladado al día siguiente a Pucallpa.
Cisneros confirmó a CARETAS el inicio de las diligencias y recojo de testimonios para esclarecer el caso, que hasta el momento se suma a varios otros donde se investiga la muerte de dirigentes o integrantes de pueblos originarios, hecho que configura una situación de preocupación tanto para las autoridades como para las distintas asociaciones representantes de comunidades nativas a lo largo de nuestro país.
En comunicación con CARETAS, Jenrri Zegarra Ingeniero, presidente de ANAP, confirmó que, si bien en un inicio se descartó la teoría de la muerte a manos de narcotraficantes y traficantes de terreno, existe un área colindante con La Paz de Pucharini, y que a su vez limita con la Reserva Comunal El Sira, de 1850 hectáreas, que son frecuentemente visitadas por foráneos dedicados a la siembra de hoja de coca.


