“Ser indígena es una maldición en este país”, dice Roger Rumrrill, escritor especialista en asuntos amazónicos. La gran mayoría del 44% de la población peruana viene de una comunidad donde se habla una lengua originaria que poco a poco está desapareciendo. Una de las razones de esta problemática, de acuerdo con Rumrrill, es que los jóvenes de estos pueblos “están transitando hacia el mestizaje y renunciando a sus lenguas”.
A diferencia de otros países de la región, el Perú recién incluyó en el último censo realizado en el 2017 una consulta sobre autoidentificación. Esto se puede considerar un avance en nuestro país pero, a pesar de eso, “me consta que muchos de los entrevistados decían que eran mestizos y no decían cuál era su verdadero origen”, dice con preocupación Roger Rumrrill.

Para él, el problema radica en que todo el sistema está construido para invisibilizar a los indígenas “o ellos mismos se autoinvisibilizan” porque consideran que si hablan su idioma los van a considerar menos”.
Inclusive está documentado que en la época de la conquista española se obligaba a las personas que tenían apellidos nativos como Qallo, Wassi, Willka, Punku, que consideraban difíciles de pronunciar, se cambiasen a por ejemplo Lengua, Casas, Puerta, Santos, etc.
“La escuela es el mayor adversario de la intercultaridad de las lenguas porque si un niño habla su lengua le hace bullying hasta destruirlo”. Lo triste es que esto no solo se lo hacen a los escolares sino a los adultos también y es por eso que muchas veces ocultan su verdadero origen. Algo que Hilda Cañari en Cusco conoce bien.

Cañari es miembro del Colectivo Nación Quechua, fundado en el 2021, que tiene “como objetivo revitalizar y vitalizar nuestras lenguas y nuestras culturas”. Esta profesora “orgullosa de ser bilingüe” asegura que además de eso “es importante saber quiénes somos, cuántos somos, dónde estamos”.
El Día Internacional de los Pueblos Indígenas fue establecido en 1982, en Ginebra, cuando se realizó una primera reunión de Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre Poblaciones Indígenas.
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Este año, la ONU lo ha dedicado a las mujeres indígenas porque son ellas “pilares esenciales en las comunidades y pueblos indígenas y juegan un papel crucial en la preservación y transmisión de los conocimientos y prácticas tradicionales”. No obstante, “a menudo sufren niveles interseccionales de discriminación por motivos de género, etnia y estatus socioeconómico”.
Hilda Cañari confirma que aquí en el Perú las mujeres de los pueblos originarios son también las guardianas de los conocimientos ancestrales que se pasan de generación en generación. Eso es así, porque, a diferencia de los hombres, ellas casi no migran y son las que están más con sus hijos.
“Nuestra lengua es la protagonista de nuestro desarrollo”, dice Cañari y agrega: “Si no se hace nada para preservarla estamos siendo cómplices de nuestra desvalorización”.