La construcción del nuevo megapuerto de Chancay genera expectativa, pero también más de una incomodidad en la región. A pesar de proyectarse como un “hub” regional que enlazará con los vecinos de Ecuador, Colombia y Chile; la nueva capacidad peruana de exportar mercancías hacia el mundo puede poner en riesgo los grandes sistemas de comercio marítimo de los países vecinos.
Chancay estará en la llamada Nueva Ruta de la Seda. Es decir, conforma un plan de inversiones masivas para construir grandes proyectos de infraestructura en todo el mundo que fue lanzado por el presidente chino Xi Jinping en 2013.
Nuestro país ha sido un socio muy importante para China desde hace algunos años, atraída por los recursos naturales y mercados para la exportación de sus productos. Actualmente somos un proveedor crítico de minerales, sobre todo cobre, del que hay mucha demanda en China.
Es así como China se ha convertido en el principal socio comercial del Perú, por delante de Estados Unidos, y el futuro puerto de Chancay está llamado a potenciar este nexo. Por ejemplo, será esencial para la salida de materias primas y fomentará el desarrollo de todo el país porque tendrá la capacidad de exportar mercancías para todo el mundo.
PREOCUPACIÓN VECINAL
El megapuerto de Chancay será cuatro veces más grande que el del Callao. Esto ha generado preocupación en el sector portuario chileno, en parte, porque es el Perú quien va a redistribuir toda su carga, así como la de Ecuador y Colombia.
La inquietud es mayor porque siguen estancadas las ampliaciones de Valparaíso y San Antonio por temas medioambientales. Gremios del país del Sur se han sincerado indicando que el avance de la modernización de los puertos en Perú les preocupa. Ello debido a que, como competidores, es obvio que no les conviene que todo el comercio exterior con el Asia Pacífico se concentre en un puerto peruano. Eso claramente podría limitar a que el comercio exterior de Chile sea solo un ida y vuelta de Chancay. En materia económica, contar con un megapuerto podría generar un boom en el PBI de nuestro país. Algo que, sin duda, entusiasma y genera posibilidades para toda la zona limeña que rodea el perímetro marítimo. Sin embargo, con países vecinos pasaría lo contrario. Los gastos logísticos podrían resultar más caros si es que salen de Chancay. Lo que, finalmente, se traduce en un mayor precio. Y ello a pesar de que el país del Sur realiza el 95% de exportaciones por esta vía.
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BENEFICIOS PARA LA REGIÓN Y EL PERÚ
Aunque hay naciones que piensan que la construcción genera “presiones para el sector portuario” lo real es que debe verse como un desafío. Al contar con una capacidad final de cinco mil contenedores, acelera el nivel de importación y exportación de toda Latinoamérica. Dinamizará la demanda regional.
Se estima que, por su gran dimensión, el megapuerto permitirá recibir las embarcaciones más grandes del mundo que transportan más de 18 mil contenedores. En cuanto a materia laboral, la construcción del megapuerto generará unos siete mil empleos directos e indirectos. Por ello se ha implementado para esa etapa un campamento con capacidad para mil quinientas personas.
En el ámbito de transporte, Chancay logrará descongestionar las vías de acceso al puerto del Callao generando oportunidades para la carga proveniente del oriente y sierra central, y elevando su competitividad frente a otros mercados, según sostiene el Ministerio de Transportes y Comunicaciones.
Ahora bien, aunque la obra está bastante avanzada en materia de proyección y financiamiento, lo cierto es que en nuestro país también hay algunas observaciones en materia ambiental que deben ser subsanadas debidamente. Y es que el impacto que puede generar en la fauna marina puede significar también un peligro para los pescadores artesanales.
Se sabe que el proyecto ya tiene más de 10 años desde que empezó con estudios de factibilidad. Y es que, a pesar de los cambios que se han venido dando a través del tiempo en cuanto a la administración del puerto, se sabe que este será operado y administrado por China.
Por su impacto a nivel nacional, es importante que desde el Estado se trabaje en infraestructura para la llegada de Chancay (se sabe que la Panamericana Norte podría colapsar, se necesitan mejoras en materia legislativa, y es necesario contar con mayor seguridad portuaria en todo Huaral).
La llegada del “Shangai peruano” impactará en diferentes niveles de la sociedad nacional. Por ello, el sector transportes debe estar al pendiente de las nuevas oportunidades que ofrece el megapuerto y en cómo convertirse en un aliado de este nuevo espacio geoestratégico.