“A La Molina no voy más”, prometía el viejo panalivio que simbolizó el despertar de la comunidad afroperuana. Y es que en siglos pasados el distrito que este mes cumple 61 años fue un enclave hacendero de algodón, caña de azúcar, hortalizas y trapiches. Su identidad residencial forjada en las últimas décadas también le imprimió cierta insularidad. Pero hoy La Molina es, sin dejar su sello tradicional, el centro moderno e integrado de Lima Este, con una presencia empresarial comparable a la del centro financiero de San Isidro. De hecho, el paso a desnivel en el Óvalo Monitor inaugurado en mayo pasado agilizó el denso tráfico y ayuda a que, más bien, ahora vayamos a La Molina mucho más.
Diego Uceda está en su segundo mes como alcalde del distrito y se encuentra en el momento de sacar adelante más proyectos. Conversa con CARETAS en una pausa de las audiencias vecinales de los miércoles, cuando escucha las necesidades de aproximadamente 100 vecinos.
¿Qué particularidades destacaría de La Molina?
Es el distrito que tiene más colegios y universidades de todo el Perú. Y tiene segmentos variados. Es un Perú en chiquito. Tiene de los sectores A, B, C, D y hasta E. Estoy muy contento y con muchas ganas de trabajar, aunque hemos encontrado cosas que nos han llamado la atención.
¿Cómo encontró el municipio?
Hemos encontrado 780 contratos CAS de tiempo indeterminado firmados el 22 de diciembre. Se gastaba más de 5 millones de soles en regar con agua potable, un serenazgo que debería manejarse con 500 personas tiene 300. Pero el municipio está sobredimensionado porque tiene 2 mil trabajadores y deberían ser entre 750 y 800. Pero, en fin, los quejoncitos no son bien bien vistos. Venimos a hacer las cosas con mucho aliento y con ganas. En el mes que tenemos hemos conseguido muchos avances, ya están trabajando todos los talleres con adultos mayores, niños con capacidades diferentes, los programas Molimuévete, Molivecinos, Molitrueque. Estamos firmando con Sedapal un compromiso para hacer la reestructuración de tuberías de todo el distrito, lo que marca un antes y un después. Ya no regamos con agua potable. Regamos con agua de una planta de tratamiento en Manchay.
¿No es un crimen regar con agua potable un distrito con tantas áreas verdes?
Era un crimen, como muchas otras cosas. Lo importante es mirar para adelante. Me acompaña un excelente equipo de profesionales. El gerente general es Fracisco Dummler, exministro y expresidente de Sedapal. Tenemos proyectos importantes por delante como la obra monumental del túnel La Molina-Miraflores. Ya iniciamos conversaciones con la gente de Proinversión y la Gerencia de Promoción de la Inversión Privada -GPIP- de Lima Metropolitana. Tenemos el parque ecológico que tiene 207 hectáreas y estamos viendo la posibilidad de traer un operador para que sea el pulmón que Lima necesita.
LA CONTROVERSIA DEL MURO
¿Por qué insiste en mantener el muro que divide el distrito con Villa María del Triunfo (VMT) y que el Tribunal Constitucional ordenó derribar?
No es un muro, estamos hablando de una pirca que mide entre 90 centímetros y metro 20, a través de la cual los pobladores de VMT que ingresan al distrito y trabajan en La Molina o Santa Anita entran y salen las 24 horas. Me parece raro que el TC no haya estado en el lugar de los hechos y que un tribuno haya adelantado opinión el 29 de diciembre. No creo en las coincidencias y no estamos para enfrentarnos entre peruanos. Es un absurdo esa opinión jurídica del TC y vamos a ir a tribunales internacionales de todas maneras. Y en este momento no tengo medios económicos para botar la pirca. Si tengo un forado de S/.96 millones tengo que recuperarme. No tengo plata. En primer lugar, lo que hemos pedido es una ampliación, que son 180 días.
¿Qué se responde al argumento de la discriminación dentro de una misma ciudad?
Pircas así existen hace cientos de años en Latinoamérica y el Perú, sirven para dividir propiedades y territorios, no son un “muro de la vergüenza” como lo han puesto en medios de comunicación de 4, 5 metros, con alambrados que parecen campos de concentración, esas imágenes no pertenecen al distrito de La Molina. Ahí hay una desinformación que espero sea voluntaria. Lo que se está incentivando con esa situación es el tráfico de tierras.
¿Qué tan cierta es la amenaza?
Es tan grave es que las lomas de VMT son intangibles en más de 650 hectáreas, y de estas 400 ya están invadidas. Y justamente esa demarcación que se mandó a hacer en 2011 se hizo para evitar el tráfico de tierras. Quienes han hecho esa denuncia ya me mandaron una carta notarial y yo en ningún momento los he señalado a ellos. Pero todos sabemos que el tráfico de tierras campea en Lima. La Molina también limita con Cieneguilla y San Juan de Miraflores y en todos los casos se ha dado tráfico de tierras en los cerros. Es una pirca que además es la frontera con un parque ecológico, un lugar intangible.
¿El parque ecológico colinda con la zona?
Y pertenece a la Molina. El parque ecológico acaba de firmar un convenio con la Universidad Agraria para hacer un plan piloto de 50 hectáreas de reforestación. Acabamos de recibir 150 árboles del Parque Tecnológico de La Molina que pertenece a la Agraria, justamente para hacer un cerco vivo. La polución en La Molina es por el polvo y la queremos arborizar. El embajador de Israel nos quiere ayudar con un programa de riego por goteo. Y nos encontramos con estas decisiones. Obviamente, el alcalde de La Molina debe defender lo que puede ser el gran pulmón de Lima. Hablar de 200 hectáreas no es moco de pavo en nuestra ciudad. En ese parque no habrá casas ni urbanizaciones. Queremos que sea un parque ecológico con lagunas, deporte de aventura. Lo único que hicieron en 20 años fue un circuito de bicicleta que financiaron algunos deportistas con su propia plata. El anterior alcalde hizo 10 hectáreas de cactus. Eso no es serio, queremos hacer algo que realmente lo amerite, que sea un ejemplo inclusive en América Latina.
PROYECTOS EMBLEMÁTICOS
El túnel Miraflores-La Molina fue una bandera de su campaña, pero es ambicioso. ¿Qué tan viable es y cuál sería el calendario?
Es tan viable como lo fue en su momento. A mí la empresa española OHL me contrató en el 2012 para ser el gestor de esa megaobra. Ganamos la Iniciativa Privada (IP), pasamos toda la permisología del MEF e inclusive fue aprobado por el Consejo de la administración de Susana Villarán. Desgraciadamente, cuando todo estaba listo para desarrollar esa obra que en ese momento costaba US$700 millones, no se tuvo la voluntad política por parte del alcalde Luis Castañeda y fue archivada. Ahora la hemos solicitado a Lima Metropolitana la GPIP y nos hemos reunido con el señor José Antonio Salardi de Proinversión. Entre 60 y 90 días máximo estamos en condiciones de poder decir con qué constructora lo vamos a hacer y cuando lo iniciamos. Es una obra que cuenta con el apoyo del alcalde de Lima y se inscribe en lo que dice Rafael López Aliaga: Lima Potencia mundial. Es una megaobra de 12 kilómetros, que une 5 distritos y con la que te demorarás solo 5 minutos en llegar de La Molina a Miraflores.
¿Cómo es su propuesta de teleférico?
En nuestras previsiones podría llegar desde La Molina hasta Santa Anita. Hay dos empresas que ya están haciendo esto en Lima. Ya hay uno aprobado por Miraflores. Es sustentable, ecológico, viene de la zona de La Capilla y podría ir hasta Santa Anita, sino terminar en la misma Molina. Es cómodo, barato. No quiero adelantarme, pero en los próximos 45 días podemos concretar la firma del contrato porque no es oneroso. En el Perú el teleférico suena a ciencia ficción, pero se utiliza en muchas ciudades como Medellín y Santiago.
¿Lo financiará el distrito?
Es financiado totalmente con recursos propios del presupuesto.
¿De cuánto será el presupuesto?
Calculo que US$10 millones.
PEAJES EN DISPUTA
El alcalde de Lima finalizó el contrato de peajes con Rutas de Lima. ¿Cómo observa la compleja situación de los peajes que están en su distrito?
Es efectivamente muy compleja y la decisión no tiene nada que ver con La Molina. Respeto la que tome el alcalde de Lima Metropolitana pero tengo un punto de vista. Lo conozco a Rafael y él ha tomado una determinación, pero todo es conversable. Lo que sí tengo claro es que tiene que haber una vía alterna de circulación. Eso tiene que respetarse, está dentro del contrato, esperamos que se respete y confío que se llegue a un final feliz. Sino será oneroso. RLA es un empresario y un súper gerente, en el camino vamos a encontrarnos. No pierdo la esperanza de llegar a un acuerdo en común, sin llegar a arbitrajes.
¿Qué hará primero en términos de vialidad?
Tenemos un plan B que vamos a iniciar este año. Es un paso a desnivel de la avenida Separadora Industrial a Los Quechuas y de ahí salir a la avenida Canadá. Lo vamos a hacer este año de todas maneras.
La Molina tiene más de 168 mil habitantes, pero siempre se ha tenido la idea del distrito residencial, aunque tiene zonas con muchas necesidades. ¿Cómo está trabajando para ellas?
Siempre he dicho que La Molina no debe tener patios traseros. La Separadora colinda con Ate y Santa Anita. Allí campea la microcomercializacion de drogas, la prostitución y el robo. Eso va a parar. Dos países nos van a donar iluminación Led. Vamos a trabajar en una de las zonas más pobres como Musa, pondremos allí el centro del adulto mayor que no puede ser que esté como ahora en una zona rica como Corregidor. Y otro para la zona sur en La Capilla. Hay zonas muy pobres como Matazango, Viña Alta y Los Pinos. Vamos a trabajar por quienes menos tienen y más lo necesitan. Ahí vamos a enfocar mucha ayuda social. Hemos empezado talleres de apoyo y deportivos, e impulsar la mejora de la calidad de vida. El tema del agua se va a desarrollar en todo el distrito. La firma del plan con Sedapal del restablecimiento del sistema por S/.500 millones va a marcar un hito. Quienes no tienen agua la tendrán. Es una obra monumental y la comenzaremos en menos de un mes. Mi compromiso siempre ha sido con los que menos tienen. Para mucha gente La Molina es la Planicie y Rinconada del Lago. Pero el 65% de LM es de clases medias, con zonas como Santa Raquel y Santa Patricia.
¿Ya recibió mensajes de presión inmobiliaria y de zonificación?
Por cierto, desde que estaba en campaña. Pero mi campaña no fue financiada por constructoras, cementerios ni centros comerciales. Fue financiada por mí y costó la décima parte de dos de mis adversarios más ricachones, que gastaron un millón de dólares. Ganamos las elecciones sin matones, sin camiones ni millones. Hay un centro comercial que pretendía inaugurarse antes de navidad y tampoco se va a inaugurar en los próximos 90 ni 120 días. Primero tiene que cumplir con defensa civil y los estudios de impacto vial. A mí nadie me rompe la mano.