Los misiles lanzados por Rusia contra la capital de Ucrania, Kiev, y otras ciudades del país ha causado este lunes la muerte de al menos ocho personas y daños en once infraestructuras “importantes” en ocho regiones, según ha detallado en su cuenta de Telegram el primer ministro de Ucrania, Denis Shmigal.
De acuerdo al Gobierno ucraniano, el sistema de defensa antiaérea ha logrado derribar más de 40 de los 70 misiles (disparados por Rusia), pero los proyectiles que han impactado han alcanzado insfraestructuras civiles como un parque infantil, museos e instituciones educativas.

Apenas unas horas después, varias ciudades ucranianas han sido atacadas con misiles, en el marco de una aparente respuesta rusa a lo sucedido. Moscú había centrado durante los últimos meses sus operaciones en la zona este del país, intentando consolidar territorios de las regiones de Donetsk y Lugansk, así como zonas de Jersón y Zaporiyia que permitieran a Moscú conectar estos territorios con Crimea. De hecho, la semana pasada Putin firmó un decreto anexionando estas zonas, a pesar de que durante las últimas semanas ha sufrido varapalos a nivel militar y ha tenido que retirarse de varias áreas.

Estos mapas muestran el avance de la contraofensiva de Ucrania en el este de país entre el 5 de septiembre y el 3 de octubre, recuperando ciudades bajo control ruso como Izium o Limán.