El informe de Michelle Bachelet ha tenido gran impacto. Alimenta una dinámica internacional que puede contribuir a superar la dramática crisis venezolana y llevar a Maduro a la cárcel.
–Numerosas iniciativas internacionales plantean la necesidad de resolver la crisis humanitaria, política, social y económica que amenaza al hemisferio occidental.
Las dudas que precedieron la visita de Bachelet a Venezuela han sido en buena medida superadas con el resumen del informe presentado el 5 de julio y el informe verbal ante el Consejo de Derechos Humanos de NNUU. “Contundente” y “lapidario” han sido los calificativos más empleados por los organismos de derechos humanos.
El gobierno de Maduro señaló que era un informe con graves carencias metodologicas y que repetía informes anteriores. Fracasó en su intento de encasillar a Bachelet y controlar los resultados de su visita. Demostración de este fracaso fue el corte de la transmisión televisiva que realizaba el gobierno en Venezuela del informe verbal ante el Consejo. Llegado a un punto, la transmisión salió del aire. Algo tan frecuente y sospechoso.
El resumen del informe y las observaciones del gobierno está aquí.
El informe incurre en una importante omisión al no referirse al control de las instituciones electorales por el gobierno pues, mientras no ganen imparcialidad y transparencia, no podrán jugar un papel constructivo en la organización del proceso electoral que será la única salida pacífica a la crisis venezolana.
LAS MOVIDAS INTERNACIONALES
Concurrente con el informe de Bachelet, se han activado las gestiones internacionales. A comienzos de junio, el Grupo de Lima había tenido la iniciativa de convocar a una reunión internacional que incluyera a los estados del Grupo de Contacto (Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Portugal, España, Suecia y Reino Unido y Bolivia, Costa Rica, Ecuador y Uruguay) y a los Estados que apoyan al régimen de Maduro (Rusia, China, Cuba y Turquía) sin participación del gobierno ni de la oposición de Venezuela. Los eventuales aportes de Rusia y Cuba serían cruciales para lograr una salida pacífica y negociada a la crisis.
La colaboración de los países que aún apoyan a Maduro se daría al advertir que el inevitable colapso del régimen provocaría la pérdida de los beneficios que les ha concedido y que no podrían negociar con el opositor que lo sucediera. El interés de los paises que apoyan a Maduro son los recursos que abundan en Venezuela y, cuando colapse Maduro, deberán negociar con quien lo suceda.
¿Es inevitable el colapso de Maduro? Muchos factores lo indican. La inflación ha eliminado la moneda venezolana; ni siquiera es capaz de producir petróleo y esta carencia ha provocado la pérdida de las pocas cosechas que aún subsistían. Las sanciones de EE.UU. asfixian los intercambios. El colapso de los servicios publicos es patente. El tiempo no juega a favor de Maduro, sino en su contra por la dinámica de la sociedad venezolana.
Maduro no tiene futuro a menos que, como algunos especulan, pueda aprovechar las negociaciones de Noruega para plantear elecciones y colocar a un sucesor que le cubra las espaldas (se menciona a Héctor Rodríguez, gobernador de Mérida). Ello implicaria, por cierto, modificar de raíz el sistema electoral venezolano. Y con ello se iniciaría una transición, según algunos observadores.
Una semana después de la partida de Bachelet, gobierno y oposición anunciaron que llegaba a Caracas el Grupo de Contacto y que se iniciaban las gestiones para celebrar una reunión de negociación en Barbados con el patrocinio de Noruega, cuya canciller participaría en la reunión.
LA CORTE PENAL INTERNACIONAL
Mientras tanto, Maduro confrontaba dificultades en sus Fuerzas Armadas. Confirmó a Padrino López como ministro de defensa e introdujo nuevos generales en el Alto Mando.
La muerte por tortura infligida al capitán Rafael Acosta, secuestrado mientras Bachelet todavía estaba en Caracas, provocó serias reacciones. La víctima fue secuestrada junto con cinco oficiales retirados más, lo cual, para algunos observadores, revela el nerviosismo del gobierno sobre lo que puede estar ocurriendo al interior de la fuerza armada. Llevar ante un juez a una persona que ha sufrido daños tan graves, abundantes y visibles solo puede entenderse como un mensaje a otros militares para que sepan lo que arriesgan si conspiran contra el gobierno.
Con este y otros comportamientos se justifica el envío del Informe Final de la Alta Comisionada a la Corte Penal Internacional como lo han solicitado las ONG de derechos humanos y la oposición. La posibilidad de enviar el Informe Bachelet a la CPI se agregaría a los trámites ya realizados por Argentina, Chile, Colombia, Perú y Brasil en igual sentido y a la presentación realizada por el secretario general de la OEA.
El futuro de Maduro puede ser el del dictador argentino Jorge Videla o el de los tres dictadores africanos capturados y conducidos a La Haya. Maduro y los paises que lo apoyan deberían pensar seriamente en estas opciones.
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