El nevado Pastoruri, famoso glaciar de Huscarán, es un destino turístico que reúne a muchos turistas que ansían conocer la cordillera blanca y poder ver la nieve en Perú. Ese esa era el caso hace 20 años, sin embargo, el nevado perdió el 60% de su nieve entre 1995 y 2016.
¿La causa?
El cambio climático, si alguna vez has visto el hielo derretirse en tu vaso rápidamente en un día caluroso, entenderás como los cambios de temperatura pueden afectar a un glaciar. Según la ANA (Autoridad Nacional de Agua) los nevados han retrocedido en un 51% en los últimos 50 años, siendo el motor principal el cambio climático.
Los glaciares han sido considerados indicadores claves del cambio climático, debido a que al estar cubiertos de nieve siempre han sido susceptibles a las variaciones de temperatura; sin embargo, en estos años están desapareciendo a un ritmo tan alto que más nos sirven como recordatorios del cambio climático. Tal es el derretimiento a nivel mundial que entre 2015 y 2019 se derritieron 78 billones de toneladas más por año que entre el 2000 y el 2004, poniendo en situación crítica su preservación.
¿Por qué nos importan tanto?
Como fue compartido en un artículo de la revista Nature en febrero, el retroceso del glaciar Palcaraju, causado por la actividad humana, pone en riesgo a las comunidades aledañas por posibles inundaciones. La buena noticia es que se están tomando medidas con sensores para detectar posibles inundaciones y responder con evacuaciones, la mala noticia es que no es lo único por lo cual preocuparnos. La nieve es finalmente agua a una temperatura muy baja, cuando se derrite esta llega al océano y aumenta la cantidad de agua, elevando el nivel del mar y poniendo en riesgo a las poblaciones costeras.
Además, el agua de los glaciares es agua dulce, a medida que se derritan nuestras escasas reservas de agua las comunidades que dependan de estas sufrirán las consecuencias, tanto para su consumo como para el de la flora y fauna de la zona.
¿Qué podemos hacer nosotros?
Puede que nos resulte remoto escuchar de los glaciares, pero recordemos que en la naturaleza todo está conectado, los ciclos del clima que se afecten, los recursos naturales que se agoten en ciertas zonas, la pérdida de especies, todo vuelve a nosotros.
Hagamos nuestra parte, eduquemos y tomemos acción. Exijamos a los políticos a tener una participación proactiva en la formulación de leyes de nuestro país y firmado de tratados que combatan al cambio climático. Tenemos las medidas, se tiene un compromiso con cumplir los Objetivos de Desarrrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, nos falta la presión para que se cumplan. Por nuestro lado en casa, pronto les compartiremos buenas prácticas para que puedan llevar en sus hogares y contribuyamos así hacia un futuro sostenible.
** Fundadora de UMA