Uno de los sectores más golpeados durante la pandemia fue el de los restaurantes, y entre estos, hay historias que merecen destacarse. Cuando “El rincón gaucho” –tradicional parrilla que empezó en el parque miraflorino Salazar en 1970 y terminó en Barranco en 2017, y que se convirtió en el punto de reunión de políticos, artistas y celebridades peruanas y extranjeras– cerró sus puertas, su personal (entre mozos, administrativos y parrilleros) se reunieron para enfrentar el desempleo y decidieron continuar en lo que mejor sabían hacer: ofrecer uno de los mejores sabores parrilleros de la ciudad.

Pero no fue fácil. Entre conseguir el local y levantarlo (literalmente) de entre sus escombros, pasaron once largos meses donde todos los socios tuvieron que meter pico y pala para alcanzar el sueño. Y los sueños que se luchan en familia siempre se alcanzan.
LEE | Popolo Pizza llega a La Molina y estrena formato para llevar y entrega en el carro
Así, luego de mucho trajín y burocracia municipal por superar, lograron inaugurar “El rincón de siempre”, donde han mantenido la tradición y el sabor del «Rincón gaucho», trabajando con carne Angus de exquisitos cortes y sus chorizos artesanales.

Ubicado en la Av. Nicolás de Piérola 215 en el corazón de Barranco, esta parrilla acaba de cumplir tres años ayer domingo 10 de enero, siendo el último uno de los más difíciles por el cierre de actividades por la cuarentena obligatoria para enfrentar la pandemia.
Con el reinicio de las actividades tuvieron que adecuarse a las nuevas formas de atención: aforos reducidos, servicio delivery, protocolos de bioseguridad. Pero hay algo que no cambió: el calor, la sonrisa y la atención. Este grupo humano (una familia de amigos) que viene de lugares tan distantes como Ventanilla, Los Olivos o Lurín, mantiene el mismo buen humor y el cariño que es ya la marca registrada que reconocen los visitantes.
En momentos en que el Perú necesita resurgir, este tipo de logros –que responden al esfuerzo colectivo– arrancan una sincera sonrisa. Larga vida.