Según el último Informe Mundial de la Felicidad, realizado entre 156 países por las Naciones Unidas, acabamos de caer como país del puesto número 63 al 74, deteriorando nuestro puntaje de 5,840 en 2021 a 5,559 en 2022. Si ni el alto riesgo de muerte con la pandemia, ni el deterioro del PBI en 11% en el 2020 logró ese cambio en nuestras emociones ¿Qué nos hizo menos felices?
Según el renombrado psicólogo de la Universidad de Harvard y experto en la felicidad, Tal Ben-Shahar, una persona feliz puede disfrutar de emociones positivas solo si ve la vida como algo significativo y con un propósito; luego, en la medida que en nuestro entorno aparezcan amenazas hacia nuestro propósito de vida, la felicidad nos será esquiva. Según una encuesta de IPSOS a solo 3 meses de estrenado el Gobierno de Pedro Castillo, 7 de cada 10 peruanos reconocía que su situación económica había empeorado, y según la encuesta de Datum, en diciembre de 2021, el 63% de los peruanos no creía que su situación económica familiar mejoraría en el 2022, lo que explica por qué el Perú ocupa el último lugar entre 29 países en cuanto a la percepción del ciudadano sobre el riesgo sociopolítico y a su economía personal, medido por el Ipsos Disruption Barometer (Octubre 2021).
Si bien el dinero no hace la felicidad, el riesgo de perder lo que uno ha logrado con su propio esfuerzo o de no poder cumplir metas personales a futuro, genera en nosotros emociones negativas como frustración, impaciencia, angustia, miedo o tristeza, deteriorando nuestro bienestar general. ¿Será por ello que los casos de depresión subieron en el Perú en el 2021 en 12% en comparación con la etapa pre-Pandemia?
Todos los regímenes comunistas piden un gran “sacrificio” económico a sus ciudadanos en aras de un prometedor futuro que nunca llega. En alusión a las matanzas e injusticias del régimen comunista de la URSS con su población, los defensores de Stalin sostenían que “no puedes hacer una tortilla sin primero romper huevos”, a lo que el disidente soviético Vladimir Bukowski retrucó que “había visto los huevos rotos, pero jamás conocido a alguien que hubiera probado la tortilla”. Los regímenes comunistas contemporáneos siguen generando la miseria en sus poblaciones, lo que explica por qué los venezolanos ocupan el puesto 108 en el ranking de felicidad y los cubanos el último lugar ¿Es ese el sueño de nuestros gobernantes?