Al pie de la ciudadela de Machu Picchu existe un bosque tropical donde, con el trabajo que se ha realizado en los últimos 30 años, se ha recuperado gran parte de su flora y fauna.
Solo en estas 5.5 hectáreas que pertenecen a la cadena de hoteles Inkaterra hay 225 especies de aves, de las 415 que hay en el santuario de Machu Picchu, y además se puede llegar a ver durante el años 372 especies de orquídeas de diversas familias.

Además aquí viven dos ejemplares del oso anteojos. Una hembra llamada Kina y el macho llamado Pepe, que a sus 37 años disfruta de su fama porque a comienzos de la década del 2000 participó en un documental británico que puso sobre el tapete la vulnerabilidad del único tipo de oso que habita en América Latina.
Todo el trabajo que se realiza aquí se hace en coordinación con investigadores y especialistas que se encargan de evaluar la flora y fauna de este paraíso en la entrada de Machupicchu pueblo.