Los edulcorantes artificiales, llamados también sustitutos del azúcar, son sustancias que se usan como reemplazo del azúcar para endulzar alimentos y bebidas.
Los edulcorantes artificiales están regulados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (U.S. Food and Drug Administration, FDA). Esta organización reglamenta alimentos, medicamentos, dispositivos médicos, cosméticos, productos biológicos, de tabaco y productos que emiten radiación, que puede ser causante de algún tipo de cáncer.
¿Hay relación entre los edulcorante artificiales y el cáncer?
Surgieron varias dudas entre los edulcorantes y el cáncer, pues en los primeros estudios mostraron que el ciclamato en combinación con la sacarina causó cáncer de vejiga en animales que eran parte de un experimento de laboratorio. Sin embargo, los estudios de carcinogenia (estudios para determinar si alguna sustancia puede resultar cancerígena) continuaron.
A pesar de los exámenes, se estableció que no hubo una clara evidencia que indique una relación con el cáncer en humanos.
Estudios en sustancias específicas
Sacarina
Estudios en ratas de laboratorio indicaron la formación de tumores malignos en la vejiga de los animales; sin embargo, no hay estudios que evidencien que la sacarina esté relacionada con el cáncer de vejiga.
Aspartamo
Tiene diversos nombres comerciales: NutraSweet® y Equal®, fue aprobado por la FDA en 1981, luego que numerosas pruebas mostraran que no causaba cáncer ni otros efectos adversos en animales de laboratorio.
En el tiempo se han elaborado diversos estudios, pero ninguno confirmó evidencia de una relación directa con el cáncer.
Sucralosa
Comercializada abjo el nombre de Splenda, fue aprobada como sustancia edulcorante para específicos alimentos en 1998. Tras un estudio en roedores y altas dosis de sucralosa identificaron tumores. Sin embargo, la FDA detectó deficiencias científicas con respecto al estudio.
Ciclamato
Los resultados en ratas indicaron que el ciclamato podría aumentar el riesgo de padecer cáncer de vejiga en humanos. Ante ello, la FDA prohibió su uso. Luego, un nuevo examen de la carcinogenia del ciclamato y el análisis de datos adicionales, los científicos concluyeron que el ciclamato no era un carcinógeno o un cocarcinógeno (una sustancia que aumenta el efecto de una sustancia cancerígena).
Así, la FDA quedó preocupada por el ciclamato, pero no precisamente por su efecto directo en el cáncer.
Con información del Instituto Nacional del Cáncer de España
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