Consumir altas cantidades de azúcar es un riesgo alto para la salud del cuerpo humano, sin embargo, una reciente investigación explica que este no sería un factor definitivo en el desarrollo de patologías como la resistencia a la insulina y la diabetes.
Un grupo de investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles, Estados Unidos, ha publicado un estudio en el cual descubren que la Diabetes tipo 2 no tendría como principal causante a la cantidad de azúcar que hay en la sangre. Sí se sabe que la obesidad, el tabaquismo y la falta de ejercicio aumentan la probabilidad de desarrollarla. El ADN tiene la clave, pues existe una predisposición genética.
Incluso hay casos de personas que desarrollan esta patología teniendo los índices de azúcar normales en la sangre; ante ello los expertos plantean otros factores los cuales podrían ser posibles desencadenantes.

Posibles factores
Uno de los procesos principales de esta enfermedad en el cuerpo humano son células pancreáticas beta, las cuales comienzan a producir una cantidad de insulina mayor a la que el cuerpo puede secretar. Esta hormona se encarga de mantener los niveles bajos de glucosa en la sangre.
En el mundo de la medicina se cree que esta secreción anormal se genera principalmente como resultado de la resistencia a la insulina, la cual empieza en el cuerpo cuando los niveles de azúcar en la sangre son elevados.
Cuando estos superan los estándares normales, el cuerpo podría ser “sordo”a los efectos de la insulina, por lo que en estos casos se requiere una baja cantidad de esta hormona para mantener bajo control el azúcar dentro de la sangre. Sin embargo, el problema con esta teoría radica en que las células beta pueden seguir produciendo altas cantidades de insulina incluso si estas han sido aisladas, por lo que en estos casos no existiría niveles altos de glucosa.

Según los investigadores, los ácidos grasos pueden ser uno de los principales causante de esta enfermedad durante las primeras etapas, ya que una alta cantidad de grasa puede causar una alta producción de insulina, independiente de los niveles de glucosa.
Los investigadores descubrieron que este factor puede producirse por la alta fuga de protones, analizando el caso de ratones pre-diabéticos, los cuales tienen niveles normales de glucosa. El grupo de expertos descubrió que la carencia del gen CypD son los que principalmente no experimentaron un exceso de producción de insulina, a pesar de estar obesos.
Asimismo, Eduard Montanya, director del Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas, explica que las personas con células beta totalmente competentes, aun en casos de sedentarismo y obesidad, no llegarán a sufrir nunca diabetes. Un estudio publicado en Cell Reports sugiere que el gen NAT2 puede estar detrás de la incapacidad de las células musculares y de grasa para procesar el azúcar. Al silenciarlo en ratas se comprobó que sus funciones metabólicas quedaban desconfiguradas. Su estudio puede abrir otro campo para evitar la diabetes tipo 2.
Sin embargo, los hábitos sanos son recomendables para todas las personas, independientemente de esta enfermedad, ya que el exceso de azúcar, junto al sedentarismo puede conducir a la obesidad y otros males.