La Liga del Sueño es una de las bandas más queridas en la escena musical local. Se dieron a conocer en 1992, época signada por radicales cambios políticos y económicos que terminaron configurando a la sociedad peruana. Es decir, si se pretende entender nuestro contexto actual, una revisión de esa década resulta más que obligada y en ese viaje al pasado encontraremos más de una canción de La Liga del Sueño, conformada por Jorge “Pelo” Madueño, Mauricio “Chino” Chau, Arturo Ríos y “Nacho” Cisneros, quienes vienen celebrando los 25 años de su tercer álbum Mundo Cachina (1998).
¿Es quizá Mundo Cachina uno de los mejores discos de las últimas décadas para el rock peruano? Volver a escuchar sus 14 temas arroja más de un himno generacional y la regularidad en la ejecución musical no se resiente, pero estos triunfos formales son insuficientes para que este disco de La Liga del Sueño sea uno de los mejores de los últimos lustros. Mundo Cachina es el reflejo de la mística grupal de sus integrantes: un modo de asumir la vida.
“La base del rock es lo contestatario, muchos de nosotros veníamos de la movida de los ochenta, tocábamos ritmos más fuertes, como punk, hardcore, teníamos un bagaje y éramos distintos”, dice “Nacho” Cisneros sobre la madurez de este disco que se dio a conocer en los años de mayor convulsión social y política de los noventa. La escena independiente tenía algunos años y La Liga del Sueño revelaba una propuesta sólida. Desde sus primeras presentaciones exhibían un toque distinto, una furia vital que calzaba bien entre tanta zozobra. “Mundo Cachina sigue vigente también por las constantes convulsiones sociales que vive el país; cuando eso pasa, se necesita un salvavidas para escapar y la música es ese salvavidas que nos lleva al otro lado de la orilla”, señala el “Chino” Chau.
“Mi hijo mayor tiene la misma edad del disco, nació meses antes de que salga. Eran años agitados y no había redes sociales como hoy. Pertenecer a una banda era como estar en una escuela de vida. Pero eso no quiere decir que estemos mirando el pasado y no vamos a negar que disfrutamos lo que sucedió”, indica Arturo Ríos.
Como acaba de decir Ríos, la pasaron bien. Se hicieron conocidos sin perder la esencia punk. Dicho de otro modo: no se vendieron a las tendencias. Mundo Cachina salió con Sony Music.
“Mundo Cachina condensa la experiencia de muchos años. Sony nos dio una gran vitrina y respetó nuestra propuesta, tal cual éramos. Lo que hicimos fue cachinear canciones de nuestros dos discos e hicimos nuevas canciones. No entrábamos en la radiofórmula, éramos auténticos y teníamos un público específico que nos seguía”, consigna Jorge “Pelo” Madueño.
A 25 años de su lanzamiento, Mundo Cachina es un trabajo que se valora por su conjunto, temas como “Mala sangre” y “No es amor” ya integran la memoria musical de dos generaciones de peruanos. Hay una urgencia estética y anímica que nos lleva a escucharlo sin depender del contexto. La universalidad de sus temas y la furiosa poesía de sus letras suscitan una revelación: la necesidad de una vida distinta. Ergo: un escape de la realidad. Mundo Cachina celebra la vida. (Martín Reyes)
