De las voces medulares de la narrativa peruana del presente siglo, la de Alina Gadea destaca gracias a sus novelas, como Otra vida para Doris Kaplan, Obsesión, La casa, Destierro y Todo, menos morir, todas ellas han recibido el favor de los lectores y un saludo crítico contundente.
Una de sus novelas más viscerales, es la segunda de su producción: Obsesión, de la que ha empezado a circular una segunda edición a cargo de Borrador Editores y que se presenta este jueves 18 a las 6 de la tarde en La Feria del Bicentenario, en el parque Kennedy de Miraflores.
Para Gadea, “Obsesión es una novela que tiene un tono erótico que exploré para escribirla. Lo que me inquieta como escritora es la doble moral que hay en nuestra sociedad. Lima es una sociedad pacata, con muchas personas insatisfechas”.

Como señala la autora, el erotismo es parte fundamental de Obsesión —y también en sus otros libros—, a lo que subraya que “siempre he mantenido vivo en lo que escribo el tema erótico porque es rico para el elemento literario. Quería rescatar lo que nos pasa como sociedad. Por ejemplo, la represión, que genera consecuencias de orden erótico, como relaciones enfermizas y de poder; comportamientos reprimidos, ocultos y oscuros. El mundo erótico es un mundo que no se acaba. A todos nos concierne e interesa el tema erótico”.
Calificada como Thriller psicológico, en la que tres personajes (dos hombre y una mujer) comparten una dependencia emocional y sensual, en una franca competencia por poseer la mente y el cuerpo del ser amado(a)/deseado(a), Obsesión no es solo trama y acontecimiento, es también orfebrería verbal, que Gadea manifiesta mediante una prosa con carga poética, con la que cubre de literatura una trama que podría ser una más.

“Me gusta mucho la prosa que contenga poesía. Leo de todo, pero me gusta leer más poesía. La poesía abastece mucho al texto, en especial a los que contienen referencias eróticas. No me interesa escribir sin tener el lenguaje adecuado. Muchos tenemos los mismos temas para trabajar y lo que hace la diferencia es el tratamiento del lenguaje. Por eso, para mí es muy importante la poesía”, dice Gadea sobre la presencia de la poesía en la escritura de esta novela.
De este trabajo también se ha destacado la insania de sus personajes. Al respecto, Gadea indica que partió del caso del psiquiatra Segisfredo Luza, prestigioso psiquiatra peruano que estuvo envuelto en un escándalo pasional en los años 60. “Leí el alegato del abogado de Luza y para ser un alegato, este tenía muchos elementos novelescos. Cogí algunos puntos muy concretos para usarlos en Obsesión”.
“Mi compromiso es con mi literatura. Y me gusta el tema de la reivindicación de la mujer como elemento literario, y en la realidad también. Hay una mirada de mujer en lo que escribo, mi personaje femenino consigue una transformación por medio de la llave del erotismo y me parece bueno poder abordarlo desde la perspectiva de una mujer”.