Si hay un autor peruano que ha ventilado con prolija abundancia su itinerario vital y literario, ese es el gran narrador, ensayista (breves reflexiones y artículos de crítica literaria) de fuste y dramaturgo no exento de interés Julio Ramón Ribeyro.
Aficionado a los diarios íntimos, fue uno de los primeros en español en cultivar soberanamente ese “apátrida” (de hecho, de ahí extrajo el material para su excelente miscelánea Prosas apátridas) espacio textual narrativo-reflexivo-testimonial, en su monumental La tentación del fracaso (se han publicado los 3 tomos primeros, que abarcan de 1950 a 1978). Súmese su inconclusa Autobiografía y su epistolario, sobre todo la extensa correspondencia con su hermano (su “alma gemela”) Juan Antonio.

Todo ese material lo ha revisado minuciosamente Jorge Coaguila (calificado por el propio Ribeyro, poco antes de morir, como “su crítico y biógrafo oficial”) y cartografiado en Ribeyro, una vida (Revuelta Editores, 586 pp.), estableciendo útiles conexiones con su obra de ficción, subrayando la base biográfica en que reposa la imaginación ribeyriana. Lo ha complementado espigando todas las entrevistas que concedió Ribeyro y obteniendo información de 81 personas que trataron al autor de La palabra del mudo, en especial del mencionado Juan Antonio: “Él me facilitó valioso material acerca de su hermano: recortes periodísticos, afiches. Me mostró cartas personales. Sobre todo, me iluminaba en el conocimiento de la obra ribeyriana. No ha habido y no habrá mayor conocedor de la obra de Ribeyro que él. Sabía el origen de cada relato y reconocía a los personajes que inspiraron a su hermano. Gracias a él, cultivé una mayor amistad con el escritor” (p. 491).
Ante cada tema (incluidos los más polémicos: la aceptación de la condecoración de Alan García en su primer gobierno, la ruptura con Mario Vargas Llosa, los prejuicios racistas y machistas detectables en sus escritos, el hecho de que la viuda no publique los tomos que restan de su diario íntimo, por citar algunos), Coaguila esgrime frases del propio Ribeyro y/o declaraciones de quienes lo conocieron, sin ocultar las divergencias entre ellas, tornando patente la compleja personalidad y sensibilidad de Ribeyro.