Definamos los roles para empezar. Compositor y productor son agentes con funciones y misiones distintas en la industria de la música. El primero concibe y crea aquello que siempre debe ir antes que el artista: la obra. Pero el segundo es quien escucha en esa canción o conjunto de estas un producto musical terminado antes de que exista, un hit en ese demo al que a veces no le tiene fe ni el propio creador.
Existen prodigios que se mueven con solvencia en ambos roles (Phil Spector, Brian Wilson o Jimmy Page, por ejemplo), pero es normalmente en la sinergia entre compositor y productor que emerge la chispa que genera discos y sencillos memorables. Lo hizo George Martin con los Beatles, Brian Eno con Talking Heads o Rick Rubin con los Red Hot Chili Peppers.
Abraham Spak –o Arba Spak, como lo encuentras en Spotify o Apple Music– leyó alguna vez que David Bowie le encargó a Rick Wakeman, tecladista de Yes, componer el piano de “Life On Mars”, pues estaba convencido de que traería un aporte único y distintivo a la canción. No solo es fácil constatar que al maestro no le faltaba razón, sino que para el pianista y compositor peruano radicado en Londres esa historia resonó especialmente allá por el 2021, cuando contactó a un viejo compañero de andanzas musicales en Lima: necesitaba un productor.
Química y física
Ruiz-González es un multiinstrumentista compositor e intérprete con varias horas de vuelo acumuladas en el escenario y en el estudio. Pero es en años recientes que su carrera como productor musical empieza a destacar, con un repertorio muy rico de bandas y solistas.
“En 2021 Ruiz-González produjo el primer disco de Camille Jackson y sabía que, además, tenía varios proyectos musicales, muy distintos entre sí. Lo contacté, reconectamos y le dije que tenía una canción para trabajar con él”, recuerda Arba. Pero nunca imaginó entonces que reconectar con un viejo compañero de andanzas musicales (ambos tocaron en una banda tributo a Pink Floyd) implicaría descubrir una nueva dinámica de trabajo. “Lo contacté con la intención de que produzca mi música. Pero en el proceso terminó siendo un trabajo de coautoría”.
Ese primer acercamiento vino con una canción bajo el brazo. Y esa canción también trae una historia detrás. Tras un breve paso por el pop limeño como tecladista de Fuera del Resto a comienzos de la década pasada, Arba se distanció de la música hasta que se mudó a Londres en 2019. Ahí retomó sus clases de piano y ese primer impulso lo condujo a otro gran pendiente: estudiar armonía musical. La distancia, incluso en días prepandémicos, no fue limitación para acceder a un programa en Berklee, una de las escuelas de música más prestigiosas del mundo.
Inspirado por esas clases se animó a hacer algo con esa nueva composición que no sea almacenarla en un disco duro. Ruiz-González no solamente accedió a producir, sino que decidió intervenir en los arreglos, música y letra: de ese primer acercamiento a la canción no quedó prácticamente nada cuando se completó el track.
“Algo que aprecio mucho de Ruiz-González es su sinceridad: si algo le gusta o no, siempre te lo va a decir. La canción original desapareció por todos los cambios que tuvo y terminó convirtiéndose en otra (Con Alas de Sal)”. La pista, de atmósfera cinematográfica, con ecos de western –las cuerdas fueron compuestas por Ruy Folguera, curtido compositor, arreglista y productor basado en California, con amplia experiencia haciendo música para cine y televisión– es cantada por Camille Jackson, joven cantautora peruana, cuya voz le imprime ternura y misterio a un registro vocal y una interpretación que va de lo severo a lo melodramático de forma cadenciosa. “La cantante nacional de mayor proyección que he visto”, sentencia Ruiz-González.
El aprendizaje de este primer sencillo fue vasto: permitió explorar nuevas rutas para la canción a partir de un intercambio abierto y fluido. Pero también afortunadamente distante. Aquello que antes era una limitación muy costosa para proyectos de esta naturaleza, ahora no solamente es más expeditivo y accesible, sino que hasta enriquece una dinámica de trabajo como la de Spak y Ruiz-González. Compositor y productor tuvieron tiempo y tranquilidad a solas para procesar, repensar o arreglar la canción. El trabajo estuvo triangulado entre Londres, Lima y Los Ángeles, donde Justin Moshkevich –veterano en el arte de mover las perillas en el estudio y ganador de más de un Grammy– mezcló y masterizó las canciones.
El hábito hace al single
A tono con la ética de trabajo de estos tiempos y con los modelos de distribución vigentes, la dupla decidió lanzar la canción una vez terminada como single digital en plataformas de streaming. Eso fue en setiembre de 2021. Dos meses después llegó el segundo tema: El mar que habito.
De impecable factura sonora como su predecesora, lo que más resuena al inicio es lo poco que se parece al sencillo anterior. No solo es ahora el propio Ruiz-González quien asume el rol de vocalista principal –con el acompañamiento de Maya Endo, otra promesa del pop peruano–, sino que invita al baile y a la celebración de manera discretamente lúdica, con notas de funk, disco y electropop. Un espontáneo y divertido videoclip en el que participan la actriz Jely Reategui y el mismo Ruiz-González ensayando enigmáticas coreografías se grabó para promocionarlo.
La creatividad no se detuvo y así nació una tercera colaboración, Fanática, otra canción en la que Ruiz-González asume nuevamente, y bien plantado, el rol de vocalista. En la producción y los arreglos participó nuevamente como invitado especial Ruy Folguera. De ahí que la pieza carezca de secuencias, programaciones o cualquier instrumento eléctrico: son solo voz y metales con la dosis necesaria de dramatismo para que se sientan como un responso bellamente orquestado.
Para mediados de 2022 –y ya con un sistema de trabajo creativo más afiatado gracias al aprendizaje previo– el dúo entregó su cuarto single: Deja la carga. Acaso un poco más emparentada con el sonido del segundo track, la canción invita al baile desde una sólida y clásica sección rítmica de ínfulas abiertamente disco, con una guitarra que se asoma de cuando en cuando para recordarnos la vena rockera de los autores. Rafo De La Cuba, leyenda de culto en la escena musical limeña y quien también participó en la composición, complementa tan bien la voz de Ruiz-González que estas llegan a confundirse, de la mano con un bajo que es ya un distintivo. La canción se grabó prácticamente en vivo y participaron, además, Henry Uenten, una eminencia en los teclados, conocido sobre todo por su trabajo en Amen, y el sonido preciso y elegante de la guitarra de Kintu Canela.
Como quien corta la resaca de la juerga del sencillo anterior, con un tempo más pausado, un mes después se lanzó De más, la quinta entrega con Alec Marambio en las guitarras y el solo y Mirko Lupis en el bajo y los beats. Más a tono con el primer single, es una mujer quien asume la carga vocal: Fernanda Perochena, quien ya brilla con luz propia desde hace unos años, contrasta cadencias impacientes de múltiples secuencias electrónicas con una voz que interpela con ternura y misterio. La paleta de colores de cada una de las cantantes que interviene en las canciones también fue una decisión bien meditada. “El criterio para escogerlas fue simple: Arba y yo éramos seguidores de su talento”, puntualiza Ruiz-González.
Ante tanta variedad de estilos, sonidos y atmósferas, la pregunta cae de madura: ¿cuál es el hilo conductor de estas colaboraciones? En realidad, se trata de una historia que empieza a desenredarse ante nuestros oídos si prestamos atención a las letras. Cada una de las canciones, con su respectiva identidad sonora, representa un episodio distinto en el viaje emocional de una semana que emprende Ana, una suerte de heroína de estos tiempos confusos y acelerados, que encuentra su feliz liberación hacia el final del EP. El hecho de que una cantante distinta la encarne en distintos momentos no es casual: cada voz transmite una emoción única. Y por eso escuchamos cantar también a Ruiz-González: porque lo que pasa con Ana también afecta a quienes la rodean y cómo la perciben.
El último single, que se presentará con el EP, promete cerrar el círculo para quienes vienen siguiendo la historia. Con un título inquietante como Polvo de reptil, la canción contó, una vez más, con una invitada para la voz en contrapunto con Ruiz-González: Dafne Castañeda, otra joven cantautora limeña de pocos años a cuestas, pero con una impronta potente para trasladarnos a complejos paisajes sonoros. Noise con ecos de nostalgia y depre dominical retocados una vez más por la infalible mano de Ruy Folguera como arreglista. Yal Farreras, artista visual y realizadora venezolana, dirigió el videoclip que será presentado junto con el lanzamiento del disco.
Finalmente, resalta el componente visual que propone el EP y los sencillos lanzados anteriormente. Una relación tan cercana con la imagen también tenía que verse reflejada en el arte de cada canción y su respectivo videoclip (en dos de los cuales Ruiz-González también asume el rol de director). Ian Duclos, joven diseñador y artista visual, fue el encargado de crear las portadas de los sencillos con la ayuda de un software de inteligencia artificial. “De hecho, en varios de los singles, yo le pasaba avances de la canción aún en desarrollo y él trabajaba algunas ideas para la portada y me las mandaba. El arte de Ian también nos ayudó a terminar de darle forma a cada track”, confiesa Spak. El pop también es multimedia.

Del remoto al vivo
El tándem creativo ha decidido reunir los sencillos en un EP de seis canciones y un bonus track que se lanzará en mayo de este año. A los cinco temas se le suma uno más, de estreno, Polvo de reptil.
La expectativa por presentarlo es grande: es la primera vez que estas canciones serán interpretadas en vivo por los músicos que intervinieron en ellas. El concierto será el 30 de mayo en La Noche de Barranco, y promete recordarnos que por mucho que la tecnología nos facilite la vida y que el proceso creativo pueda trasladarse a una nube digital, la música vive cuando se toca en directo. Acompañará al dúo y a las respectivas vocalistas, un ensamble de músicos de lujo, como el que participa en el álbum. Y compartirán el escenario con Niños Sin Smartphones y la Zorra Zapata.
La sociedad de Arba Spak y Ruiz-González se mantiene sólida y con altura: hay planes de seguir componiendo y grabando tras el lanzamiento del EP. Pero se lo toman con soda a la par que cada uno sigue involucrado en sus propios proyectos: el primero acaba de sacar un single en colaboración con Carlos Cruzalegui e Imposible y el segundo continúa al frente de su proyecto Niños Sin Smartphones y en sus labores como productor. Felizmente ya sabemos que la distancia no es excusa para no hacer el trabajo.
(Veronica Klingenberger).
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El mar que habito (EP), 2023 – Ficha técnica
Tracks:
1. Con alas de sal (feat. Camille Jackson)
2. El mar que habito (feat. Maya Endo)
3. Fanática (feat. Ruy Folguera)
4. Deja la carga (feat. Rafo De La Cuba)
5. De más (feat. Fernanda Perochena)
6. Polvo de reptil (feat. Dafne Castañeda)
Bonus track: El mar que habito (Semi en vivo)
Créditos:
Producción: Daniel Ruiz-González
Mezcla y masterización: por Justin Moshkevich
Letra y música de todas las canciones: Abraham Spak y Daniel Ruiz-González:
Música en 1, 3 y 6: Ruy Folguera.
Letra y música en 4: Rafo De la Cuba
Mezcla y máster en 7: Daniel Ruiz-González.