La muestra “El presidente, sus ministros, el ladrón y su amante”, de Gonzalo García Callegari, es el cuarto volumen de la serie Peruanismos, que va en la Alianza Francesa hasta el 7 agosto.
Esta entrega cae como anillo al dedo por fina cortesía del contexto político actual, el mismo que ha llegado a polarizar a la población incluso una vez terminada la contienda electoral. Sobre esta muestra, el reconocido artista plástico Gonzalo García Callegari dice que “venía trabajando en el tema Perú desde hace 12 años y esta cuarta serie la estaba pensando desde 2016, justo en la segunda vuelta entre PPK con Keiko Fujimori. La idea era que salga en 2018 o 2019”.

Efectivamente, no solo esta muestra es oportuna, sino que su impacto yace en una provocación —mediante el humor y el sarcasmo— que no deja indiferente al espectador. “No sé si en otra parte del mundo haya pasado algo así. En estos años hemos tenido cuatro presidentes y ahora el Perú estuvo dividido en las dos peores opciones para dirigirlo, estamos entre los mocos y las babas…”, indica el artista con énfasis. En su tono de voz se acrisola también el sentir de no pocos peruanos testigos en primera fila del espectáculo de horror con aderezo bizarro que solo la política local es capaz de deparar.
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En estos agitados meses, no han sido pocos artistas los que han tomado una posición electoral, como si la singularidad de la postura hubiese sido borrada por lo políticamente correcto. Muestra de ello la tenemos en las redes sociales. Consultado sobre el tema, García Callegari dice lo siguiente: “Soy un obrero del arte y me interesa la política con P (mayúscula), aquella que busca el bien común”.

Los cuadros de la muestra generan distintas impresiones. Para algunos, esta podría calzar con lo que se piensa de la figura presidencial, y para otros sería una innecesaria provocación. Lo cierto es que “El presidente, sus ministros, el ladrón y su amante” no naufraga en las aguas de la soporífera anuencia. Y el artista lo sabe: “Mientras una obra tenga más significados, le hace bien a esta. Si una obra no te cuestiona, no tiene el más mínimo valor”.
De las 35 obras, García Callegari siente una preferencia por “Cuatro presidentes de lujo”, nunca tan profética gracias a los ineludibles acontecimientos locales. “Me gustan todos los cuadros, pero este me gusta de manera especial, porque es una (cruda) metáfora de todos nuestros presidentes”. Este interés por la vida peruana, se sustenta también en un interés por la lectura, que suscita ese discurso no escrito pero implícito que proyecta cada cuadro. “Leo mucho, sobre diferentes temas; obviamente, por el tema de la serie Peruanismos, estas lecturas han tenido una preferencia por la historia, pero como te indico, leo mucho”.

Cuando se recorre la muestra, resulta imposible no preguntarse por su tenor, su curso emocional e intelectivo, del mismo modo sobre sus resonancias y diálogos que esta teje. Al respecto, García Callegari esgrime la definición más acertada sobre su exposición: “Estos cuadros recuerdan mucho a las películas de la serie B”. Razón no le falta, a lo mejor porque la política peruana es una inacabable y esmerada película de bajo presupuesto.