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Nélida Piñón: “Hay que luchar por los derechos de las mujeres, pero sin golpear los derechos de la humanidad”

Por: Gabriel Ruiz Ortega | Reconocida autora brasileña conversa con CARETAS y habla de la memoria, el feminismo radical y del poder de la ficción en estos tiempos de pandemia.

miércoles 19 de enero del 2022
en Cultura
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Nélida Piñón: “Hay que luchar por los derechos de las mujeres, pero sin golpear los derechos de la humanidad”

Nélida Piñón: "Muchas mujeres escritoras han sido soterradas a lo largo de la Historia" / Foto: DW

Sin duda alguna, Nélida Piñón es una gigante de la narrativa mundial y a la fecha la escritora mayor de Brasil. Leer su obra proyecta en el lector de turno un efecto mágico: el poder de la ficción que cuestiona y que sana aún en los momentos más críticos, como los que estamos viviendo ahora con la pandemia y sus variantes.

—Uno de los pilares en toda tu obra narrativa es la memoria.

Yo dependo del material que me da la memoria para ponerlo al servicio de los caminos y las veredas de la ficción. La memoria es esencial, sin memoria no hay ficción. El escritor puede desarrollar su proceso de evocación, de escarbar los recuerdos, pero es más importante explorar la memoria ajena. La memoria para un escritor es absolutamente extraordinaria. No hace falta decir que es indispensable. Sin memoria no hay ficción. Nuestra memoria individual solo se abastece con la memoria colectiva. Cuando apelas a la memoria, tu texto se expande. Además, desde niña me he considerado un ser colectivo.

—¿En el sentido de que te gusta fijarte en el comportamiento social?

Me siento una mujer múltiple y como tal, yo ingreso hacia todas las facciones humanas. Puedo ser mujer, puedo ser hombre. Soy perrito, soy todos los animales. Sin estos elementos, se resentiría el lenguaje que uso. Solo así puedo representar la realidad, la realidad es muy exigente. La realidad no es fácil de describir, el trabajo es captar su magia. Hace falta abrir el vientre de la realidad.

—Entonces, ¿la memoria ayuda a desentrañar la realidad?

La memoria lo que hace es activar, guardar e inventar. No hay invención sin memoria y no hay memoria sin invención. No existe la memoria cristalina. La memoria es espuria, es escatológica. La memoria ha estado y está presente en la evolución de la especie humana. Incluso estuvo en el Arca de Noé.

—Otro de los rasgos de tu obra es la interculturalidad. Esta se nutre de la cultura brasileña y europea.

Desde niña me había dado cuenta que vivía en una casa original. Ante los niños yo era una niña que tenía mucha cultura. A los diez años viajé a España, a Galicia. Yo sabía todo, de los griegos, etruscos, babilonios. Yo caminaba por Europa como si estuviera por Río de Janeiro. Este privilegio se lo debo y agradezco mucho a mis padres porque me acercaron a los libros, a los estudios y a todas las manifestaciones del arte. Iba mucho al teatro, al ballet. Era una niña insaciable de cultura. Hasta el día de hoy soy una mujer de intensa curiosidad.

—¿Y qué lectura te marcó o incentivo el espíritu crítico que debe exhibir todo creador?

En Galicia leía mucho. Tanto en castellano como en gallego. Entre los diez y doce años, leí Romeo y Julieta en castellano. Y detesté a Romeo, que me parecía un tonto. Yo tenía amiguitos mayores que yo porque los de mi edad no leían. Con ellos hablaba de libros, como Cervantes. Soy una apasionada del Medioevo, al que no veo como un periodo de tinieblas, sino como un periodo de grandes conquistas.

“La república de los sueños” es uno de sus libros más conocidos y traducidos.

—Un repaso a tu obra nos indica que esta es muy valorada. Tus libros circulan por todo el mundo. ¿Llegar a este reconocimiento fue fácil?

Yo sentí en Brasil que padecí de muchos prejuicios. Estoy segura de que muchas de mis obras pudieron haber ganado mucho más aprecio. Había una valoración muy cerrada porque los críticos y literatos eran hombres, claro, todo eso se acabó hasta que no pudieron hacer más… Y sufrí también agresiones. Tenía un temperamento especial y sabía que tenía que ser persistente. Nunca me quedé callada ante las mezquindades.

—¿Qué tipo de agresiones?

Hubo un crítico que decidió perseguirme durante mucho tiempo. Había sido amigo mío que incluso frecuentaba mi casa. Este crítico decía que escribía en base a los papeles desechados por otro escritor. Se dedicó a atentar mi soberanía como escritora durante mucho tiempo. No capitulé, siempre seguí adelante, con espíritu combativo y con mi pasión por la literatura, que jamás se resintió de lo que decía este crítico que se dedicó a destruirme.

—Lo que cuentas es una experiencia personal, pero no lejana de lo que han sufrido otras autoras.

Cuántas mujeres han sido soterradas a lo largo de la historia. Yo soy una feminista histórica. Cuando viví en Estados Unidos, antes de los 70, participé en todas las manifestaciones feministas. Estaba fascinada con las protestas feministas y con el movimiento negro, el Black Power. Me gustaba mucho la cultura negra. Además, soy una mujer que no soy radical, puedo entender las ideologías de otras personas.

—Ahora que mencionas el radicalismo. ¿Qué piensas del feminismo radical?

Lo que estoy viendo es un radicalismo que atenta contra los principios de la democracia. No estoy de acuerdo con el feminismo radical. Todo lo radical golpea a una parte de la humanidad. Tenemos que seducir a las personas para que entiendan lo que está pasando en la Historia. La mujer ha sido golpeada y humillada durante siglos. La convirtieron en un ser afásico, sin voz, sin discurso. La mujer es una figura fascinante en la Historia. La maternidad es un milagro. Hay que luchar por los derechos de las mujeres, pero sin golpear los derechos de la humanidad. No me gusta la radicalidad porque la radicalidad puede matar a los inocentes.

—¿Y qué les aconsejarías a las escritoras que se sienten ninguneadas?

Que sigan con talento y audacia. Puedo entender sus molestias. Pero deben saber que ser escritora es una maravilla. La escritora que escribe y aprende de las dimensiones del lenguaje, siempre tendrá mi apoyo.

—¿Y cómo estás llevando estos tiempos de pandemia?

La humanidad está perpleja ante un escenario nuevo. El mundo sin una guerra se ha visto encerrado sin necesidad de campos de concentración. Yo tengo un espíritu de resistencia. Estoy encerrada en mi casa junto a mis perritas. Y ahora estoy por presentar mi libro Un día llegaré a Sagres. En mi casa escribo todo el tiempo y trato de entender qué está pasando con nosotros. Esto pone en tela de juicio qué tipo de civilización estamos construyendo.

«Nélida Piñon no solo es una de las más grandes escritoras en lengua portuguesa de su tiempo sino una de las más relevantes en el panorama internacional.» Mercedes Monmany, ABC

—Como generar principios y valores.

Hay que conquistar algunos valores para sobrevivir. La esencia de la condición humana es sobrevivir. Pensemos en el Diluvio, los indios de América, los holocaustos.

—Y esto que estamos viviendo podría generar en el futuro obras de ficción importantes.

A mí me gusta mucho el panteón de la ficción. Pensemos en Guerra y Paz. Yo creo que podrá surgir un libro en la ficción capaz de interpretar esta situación tan confusa. No sé si eso podrá darse en el ensayo. Ahora hay muchos libros de ensayo sobre la pandemia y ya nos imaginamos los que vendrán. Todos está haciendo libros de la pandemia. Sin embargo, es el espectáculo de la creación el que va a retratar esta pandemia. ¿Qué salió de la plaga del siglo XIV? El Decamerón. Son cien relatos maravillosos. Este libro abre las puertas de un realismo nuevo. Soy una enamorada de la ficción. Por ejemplo, mi amplitud de la consciencia la adquirí tras leer Crimen y Castigo. Escribir novelas me deja en estado de gracia.

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Tags: Feminismo RadicalFicciónmemoriaNélida Piñón
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