Fue un choque de civilizaciones brutal, sanguinario y, al mismo tiempo, fundacional.
Xavier de Richemont recorre el atrio de la iglesia de San Francisco en Cajamarca atento a toda revelación, palpa con las manos la piedra fría, toma nota mental de la textura, el color, el volumen, el reflejo a la luz. El artista francés ha sido contratado para transformar la estructura pétrea del templo católico en una pantalla gigantesca donde se proyecte en cuestión de 25 minutos un retablo luminotécnico cajamarquino. ¿Incluirá piezas de ajedrez? ¿El garrote vil? ¿El Inca derrotado? ¿El conquistador victorioso?
“La muerte del Inca Atahualpa por cierto es parte de la historia de Cajamarca, pero no es toda la historia”, señala el artista.

Invitado por la Asociación Cullec, un colectivo de cajamarquinos amantes y orgullosos de su tierra, De Richemont llegó hasta Chota en busca de las raíces de la identidad cajamarquina. En la ahora famosa provincia se zambulló de lleno en el sincretismo cultural con su ilustre guía local, el abogado Tomás Flores, desde el callejón de la plaza de toros de la localidad, la más grande del país después de Acho. La tauromaquia corre por las venas de esta región como el agua cristalina por el milenario acueducto de Cumbemayo. De Richemont tiene el encargo de plasmar los elementos identitarios de esta singular región en un espectáculo luminotécnico sobre la fachada de San Francisco cuatro noches a la semana, a partir de julio 2023. El espectáculo de son et lumière —sonido y luz— no solo apelará al corazón del poblador local, sino que aspira a convertirse en un atractivo turístico, como sucede en tantos otros lugares del mundo.

“Xavier es el Picasso de estas artes”, asegura Flores.
En efecto, el francés ha montado este tipo de obras en una docena de lugares en el mundo, siete nomás en México. Pero la oportunidad de expresarse en Cajamarca –el lugar del choque de civilizaciones– estimula creativamente al artista. “Durante la colonia, la Iglesia de San Francisco era el templo de los indios, a diferencia de la catedral, templo de los españoles. A San Francisco llegan en peregrinación los campesinos de Porcón en la Fiesta de las Cruces”, resalta el artista. Pero a su vez, San Francisco, a diferencia de la catedral, tiene las dos torres intactas y un gran atrio con capacidad para un millar de personas. El templo está pintado para expresarse en grande. Se empezó a construir en 1699, obra de picapedreros y artesanos indígenas con paciencia de santo; las torres por fin se erigieron en 1958.
“Trabajar sobre el monumento no es trabajar sobre una piedra plana, es hacerlo con la historia de las personas que lo construyeron”, explica De Richemont.

San Antonio Saga 2014 Silver City.

San Antonio Saga 2014 Indian Pattern. El templo de San Antonio, Texas, en dos pantallazos: la ciudad de la plata y el pasado indígena.
De Richemont estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Aix-en-Provence, Francia, y fue escenógrafo y luminotécnico del director y dramaturgo estadounidense Robert Wilson para obras de teatro y ópera, antes de saltar al videoarte. El Festival de las Luces en Chartres, Francia, fue su bautizo de fuego, en 2002. El gobierno mexicano lo contrató para conmemorar el bicentenario de la independencia y el centenario de la revolución en siete ciudades emblemáticas de ese país, en 2010. Proyectó su arte en la inauguración del Gran Museo del Mundo Maya en Mérida, México, en 2012. En 2015 diseñó un monumental video fresco para el monarca marroquí, en Marrakech. Cuatro años después, el legendario Grand Hotel Martínez, en Cannes, Francia, lo invitó a participar con su obra en la celebración de sus 90 años. Su trabajo La saga, en San Antonio, Texas, deslumbró a Tomás Flores, en 2019. El abogado cajamarquino estaba en esa ciudad, visitando a su paisano Nicolás Puga. El espectáculo luminotécnico proyectado sobre el templo texano los inspiró.
“Soy un maestro de escuela peruano que trabaja en San Antonio”, recuerda De Richemond el inicio de un intenso intercambio epistolar durante la pandemia con Puga. Por fin, este año el francés viajó a Cajamarca y recorrió la región de cabo a rabo, desde el pueblo de Ichocán –donde nació la memorable soprano cajamarquina Yma Súmac– hasta Chota, tomando nota de decibeles, demonios y decenios. “No puedes hablar de un lugar si no conoces a las personas; no puedes hablar de las personas si no conoces su historia; no puedes hablar de su historia si no conoces su arquitectura; no puedes hablar de su arquitectura si no observas hasta el mínimo detalle”, describe el recorrido intelectual iniciado.
“Lo que hago es una ‘pintura video’, soy un artista. Mi trabajo consiste en iluminar la historia”, explica el francés, que viaja con un cuaderno de dibujo donde hace rápidos apuntes de sus impresiones.
Lo que se proponen estos cajamarquinos es montar un evento sin parangón en América del Sur. El espectáculo operaría durante 10 años, cuatro noches a la semana, y será absolutamente gratuito. El costo de la creación, montaje y adquisición de los poderosos equipos de proyección y sonido, además de la capacitación del personal, bordea los US$ 1,8 millones. Ya se han suscrito convenios con la mediana y gran empresa, sobre todo con las compañías mineras, y con la Cámara de Comercio de Cajamarca.
“Pero a su vez, invitamos a los ciudadanos de a pie a contribuir con un sol, con cinco soles, y que se sientan parte del proyecto”, alienta Flores (*). “Queremos generar identidad y orgullo de los cajamarquinos por su tierra, recuperar el centro histórico y crear valor agregado. El patrimonio cultural y natural de Cajamarca es asombroso, y, sin embargo, solo somos el décimo tercer destino turístico del país”, subraya Flores. (Marco Zileri Dougall).

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(*) Se puede visitar el portal www.Yuragachi.pe, escribir a presidencia@cullec.org y/o llamar al teléfono 996 946 964.