“Mi madre era artista y veía que vivir del arte era muy difícil. De grande estudié programación y diseño gráfico, y los fines de semana, tomaba mi proyector y me iba a las discotecas y clubes nocturnos. Me di cuenta entonces de que sí podía vivir del arte. Viví en Bristol y tuve amigos con los que compartíamos las mismas inquietudes, trabajaba con músicos, y productores”, indica el artista francés Joanie Lemercier, quien gracias al Museo de Arte de Lima (MALI) y Fundación Telefónica presenta la contundente muestra Paisajes de Luz (PDL).
Esta precisión biográfica no es caprichosa, sino clave en la actualidad artística de Lemercier, porque PDL refrenda el prestigio del artista en cuanto a su poética (precursor del videomapping y demiurgo reconocido de la cultura electrónica, mediante la que se permite establecer diálogo con otras manifestaciones, como el pop, que también es perceptible en esta su primera individual en Sudamérica) pero del mismo modo una postura moral y ética que partió de una experiencia de la que aún no se desprende.
“Hace unos años estuve en Alemania y vi el socavón de una mina a tajo abierto. Quise saber quiénes eran los responsables de ese desastre y empecé averiguar más, porque esa mina afectaba a los habitantes de ese pueblo. Es así que mi obra experimenta un cambio tras esta experiencia”, precisa Lemercier y razón no le falta: la muestra se divide en tres capas conceptuales: la belleza del paisaje, el registro del impacto humano en la naturaleza y la interacción con el espectador, al que se le invita a una experiencia no muy frecuente en estos tiempos: la reflexión.
“Este tipo de propuestas suelen verse más en espacios de guetos digitales, pero desde hace 10 años las instituciones oficiales están mostrando apertura”, señala la curadora de PDL: Juliette Bibasse.
“Yo soy una curadora no convencional y sí creo que las instituciones tienen que recurrir más a especialistas como yo para que las ayuden a discernir de lo que es arte y de lo que no. El arte digital es válido en la medida que se sepa usar. Para mí, el buen arte parte de una historia que me toque, pero también debe haber un grado de complejidad tecnológica. Sin estos factores, el arte digital es vacío. Hay muchas mentiras sobre el arte digital. No solo se trata de proyectar luces e imágenes”, enfatiza Bibasse.

“Muchos artistas usan la tecnología en sus obras, pero se da que la propuesta presentada no tiene sentido crítico, menos consciencia”, asevera Lemercier.
A lo que Bibasse dice: “En el caso de Joannie, esta mina en Alemania le supuso un shock personal que también tuvo injerencia en su trabajo. Paisajes de Luz es un llamado a tomar una posición ante lo que viene pasando. El Covid es un ejemplo, que a muchos ha llevado a tomar medidas. Paisajes de Luz no solo revela el trabajo de Lemercier, sino también su postura ante el mundo en todos los aspectos”.
De visión imprescindible.