Cuando entras al río, abre tus ojos, siente el aire, escucha los sonidos; activa la piel, huele, extiende los cabellos y manos, camina y conéctate con todo. Cuando entras al rio sacúdete suavemente hasta convertirte en tatatao, ave capaz de mirar las profundidades del río. Es importante mirar profundo, la profundidad de las cosas dentro del rio y lo que se mueve en torno al río. El río se deja ver, te deja entrar en su profundidad; debes estar atento para saberlo. Puede ser todo el tiempo, puede ser en un solo momento.
El río se mueve suave como la gran serpiente, porque en su interior y fuera del río hay vidas. El río tiene muchos espíritus que le cuidan, el río mismo es un espíritu madre que nos protege y nos da vida.
En el río habitan los cuerpos y las almas de los desaparecidos y de los que por voluntad propia han decidido ir a vivir dentro. Los espíritus del río son convocados por los “bancos”, chamanes poderosos, permitiendo que la salud de los que habitan dentro del río y en sus alrededores esté protegida por estos espíritus que llamados por los chamanes cuidan la vida y devuelven la salud a los que están enfermos.

Los karuaras (gente del río en kukama), establecen comunicación con sus familiares aquí en las comunidades a orillas del río. Los sueños son importantes para esta comunicación. Estar atentos a todo y en silencio esperar en silencio es importante para ver a los karuara que salen del río para saber cómo están sus parientes aquí; del mismo modo aquí esperan soñar para saber que sus familiares karuaras están bien dentro del río. Esta comunicación es permanente y es vital para la coexistencia de ambos espacios. Entonces la relación de los habitantes de las comunidades asentadas a orillas del río se torna íntimas y afectivas con el río.
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Las memorias e historias de los kukama están sumergidas en el río. Se relatan permanentemente de generación en generación buscando que continúe el equilibrio en las relaciones con todas las “gentes” que conviven en este universo. Cada relato cuenta el nacimiento del río y de cómo nació el pueblo kukama, de la vida de la comunidad, de cada viviente. De los encuentros interculturales de sabidurías y vida plena, así como los desencuentros violentos de los que ha sido víctima en su historia. El pueblo kukama del Marañón se expresa y comparte su rica y maravillosa cultura dejando claro que es un pueblo cuya existencia ha garantizado también la existencia de la Amazonia y sus habitantes.

Aquí entonces, la agudeza y la profundidad de la mirada de Juanjo, un fotógrafo, un hermano que ha entendido que la vida de los kukama está estrechamente vinculada al rio. Ha visto y sentido las hondas preocupaciones y sufrimientos de un pueblo que en los últimos años ha sido golpeado por la actividad extractiva y por la codicia del dinero. Actividad económica que ha puesto en riesgo la vida y la existencia de los kukama, los karuara y los males y las amenazas que se tejen sobre el rio, sobre la cultura. Al mismo tiempo, Juanjo, ha retratado la vida cotidiana de los pobladores, la alegría en medio de las desgracias y lo maravilloso que aún sigue siendo su cultura.
Les invito a entrar en el rio a través de los ojos de Juanjo. Les invito a mirar con profundidad, más allá de la estética y las emociones, a mirar la profundidad del rio y las almas de los kukama.
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- Texto curatorial de la exposición “Alma del Río – Parana Tsawa” del periodista y fotógrafo español Juanjo Fernández, que se llevó a cabo en 2018 en Cancillería. Adviértase el tono de denuncia del texto en cuanto a la contaminación que viene sufriendo la selva peruana. Leonardo Tello es director de Radio Ucamara.