Si bien es cierto que las noticias falsas (las famosas fake news), son cosa de todos los días en las redes sociales y que han hecho patinar muchas veces a varios medios de comunicación, lo que ha pasó con Jorge Cuyubamba, el falso científico que engañó a todos los canales de televisión, incluyendo el canal del Estado, que le brindaron amplios espacios con entrevistas vía skype desde China, ya raya en el ridículo.
Como es sabido, Cuyubamba, se presentaba como uno de los médicos genetistas que forma parte del equipo de científicos chinos que están trabajando para encontrar la ‘vacuna universal’ para acabar con todos los coronavirus y se paseó por todos los medios, anunciando además, que ya se venían el Covid 20 y 21, los cuales podrían ser más contagiosos y mortales que el Covid 19.
El único problema es que ningún equipo de producción se tomó la más mínima molestia de confirmar si, efectivamente, Cuyubamba era médico, ingeniero genetista o científico. Ya sabemos que sería mucho pedir que llamaran a la embajada de China en Perú o la de Perú en China, preguntaran al Colegio Médico Peruano o recurrieran a algún contacto que sea un puente entre China y Perú. Pero vamos, podrían simplemente haber puesto el nombre del personaje en Google.
Lo primero que salía al teclear Jorge Cuyubamba, antes de todo este escándalo, eran notas sobre una supuesta película realizada en el 2016 y tituladaEl príncipe de la fantasía (Parte 1): La maldición del Supay , que según él, era una coproducción entre China, Perú y Mongolia, con la que habría logrado nada menos que ocho millones de espectadores. Por supuesto eso también es mentira, pero viendo el tráiler (que es lo único que existe), era fácil darse cuenta de que estaban frente a un mitómano, que ya antes había logrado engañar a buena parte de la prensa peruana diciendo que era cineasta.
Pero esta vez no se trataba de una cosa tan simple. No era uno de cientos de fake news que circulan con titulares de peruanos que ganan concursos y condecoraciones o que se codean con estrellas de Hollywood. Ahora se trataba de un tema muy serio, alguien que, en medio de una pandemia mundial, salía a decir que tendría la vacuna en tres meses.
Todos lo llenaban de elogios, incluyendo al mismísimo doctor Huerta, América lo enlazó en vivo, con Fiorella Molinelli, presidenta de Essalud para que ésta le abriera las puertas para que él pudiera ayudar. En fin, una patinada general, que no hace sino demostrar la irresponsabilidad y falta de rigurosidad periodística con las que se trabaja en los medios de comunicación. La mayoría ha ofrecido disculpas, algunos han volteado la tortilla, haciendo informes sobre ¿Quién es realmente Jorge Cuyubamba? Y preguntándole, recién ahora, donde había estudiado y qué títulos tenía, por lo que él en su descargo, declara: “yo nunca les he dicho que soy médico, ni PHD, nunca me lo preguntaron”. Y tiene razón.
Otras, con menos humildad, como Juliana Oxenford, una de las más entusiastas al momento de entrevistarlo, minimiza su responsabilidad y la de su producción y se justifica diciendo que Cuyubamba ya había salido en otros programas. “¿Cómo yo le puedo exigir a mi equipo que por qué no lo investigó si ya había salido en otros medios?”, preguntó y agregó que no es fácil de entender para la gente que no ha trabajado en televisión o que no ha tenido un contacto mayor con el periodismo.
Todo lo contrario, diría yo, los periodistas sabemos que la primera regla antes de publicar una noticia, así haya salido del New York Times es verificar las fuentes. Google, coleguitas, es lo mínimo que pueden hacer.
